MAYO. RADIOHEAD A MOON SHAPED POOL
XL Recordings. 2016
Normalmente el disco del mes de nuestra publicación suele salir, porque para eso es del mes, al principio del mismo, y a mas tardar entre los primeros tres días nace un nuevo artículo mascado durante el mes anterior de lo que nosotros pensamos que es lo que más se va a oír durante esos treinta días. Pero el de mayo de los corrientes esta siendo algo especial. Siempre hay un mes especial y mayo muchos años tiene todos los boletos de la rifa. En este caso había muchas cosas que lo anunciaban y al final no, no ha sido porque Muse ha dado dos recitales tan buenos como espectaculares, ni porque la final de la champions la vuelvan a jugar los dos equipos de la capital, ni porque Axel Rose, se haya puesto la camiseta de los AC/DC por primera vez y además en silla de ruedas, después de romperse un pié, el muy patoso. No, señores, eso está muy bien, pero el mes de mayo está destinado a que se lo coman unos tíos de cerca de Oxford que se llaman RADIOHEAD.
Eso merece la pena y nosotros hemos esperado para que sin dudarlo y lo que es mas grave, sin escuchar el disco íntegro todo lo debíamos en estos casos, decidamos que sea nuestro disco del mes de mayo. La banda inglesa tiene, yo creo, un punto de partida para los que nos apasiona éste mundo de la música muy definido. No hay medias tintas, o te gusta como para no perderte ninguno de sus discos, giras y demás o te horripilan hasta decir, no quiero oir ni un segundo de sus temas. Yo soy de los primeros, y ha habido discos que me han 
encantado y otros que me han defraudado, como todos los grupos, pero siempre he intentado defender que Radiohead es una banda que ha hecho la música que ha querido hacer siempre. Sin etiquetas, sin modas, con sus influencias, variando a cada momento. Con sus ideales. Y eso es siempre un buen punto de partida. Cuando su vida no era tan fácil, cuando han estado a punto de separarse. Desde “Pablo Honey” (EMI, 1993) hasta “The King of Limbs” (XL Recordings, 2011), cada disco se ha dejado escuchar minuto a minuto y sobre todo se ha dejado interpretar en directo donde creo que pocos les hacen sombra. Sin alardes técnicos, sin espectaculares puestas en escena, consiguen meterte en su ambiente hasta los huesos, involucrándote en sus conciertos. Saliendo casi siempre en una nube de la que tardas en bajar unos cuantos días.
Hasta la puesta en circulación ha sido misteriosa. Ya se rumoreaba con que sería en junio cuando Radiohead sacara a la venta su noveno disco de estudio, pero en los últimos días se certificaba el modo de este “A Moon Shaped Pool”. Hace unos días desapareció todo rastro en redes sociales de la banda e incluso su web tornó en blanco, la incertidumbre estaba creada, e incluso se llegó a asegurar que era el anuncio de la separación, esa que tantas veces a planeado sobre sus cabezas. Poco días después todo roló en alegría con la presentación del primer tema de lo que sería su nuevo disco, “Burn The Witch” a lo que le siguió otro tema mas “Daydreaming”, segundo corte, acompañado además por un fantástico video dirigido por Paul Thomas Anderson. Además el video iba de la mano con el anuncio de que en formato digital sería el 8 de mayo cuando podíamos escuchar otra joya mas de la banda mas influyente de los últimos tiempos. Habrá que esperar a Junio, como se rumoreaba, para poder tener el disco en nuestras manos en formato físico.
Thom Yorke, Jonny Greenwood, Ed O’Brien, Colin Greenwood y Phil Selway lo han vuelto a hacer, han sacado el disco que querían y además seguro que será bien recibido. He de confesar que llevo unas cuantas escuchas, los domingos aprovecho para poder ver la tele que en muchas ocasiones no puedo, pero la ocasión lo merece y llevo con los cascos puestos unas cuantas horas. La primera impresión es la que queda y a mi me parece un disco muy compacto, con un sonido muy definido dentro de lo que es la banda de Abingdon, con sus rarezas pero con la vuelta a sus raíces, de verdad. Suena a “Ok Computer” (Parlophone,2016), aunque seguramente me lleve palos por decirlo, pero lo digo porque lo siento.
Pero seguro que no voy tan desencaminado porque aquí hay temas de antes, reales, eso le gusta a la banda y el recuperar cosas ya concebidas siempre ha sido seña de su identidad. Las canciones se abren y muchas veces no se cierran, no se llegan a enmarcar en un disco o no se graban y solo se tocan en directo. El primer regalo es “True Love Waits”, último de los once temas, que está recogido en un directo de 2001 y que se tocó por primera vez en la gira de “The Bends” ¨(Parlophone, 1995). Pero hay mas cosas. Las canciones parecen todas de nuevo cuño, todas con la marca Greenwood, que se nota cada vez mas. Solo "Daydreaming", "Decks Dark", "Tinker Tailer Soldier Sailor Rich Man Poor Man Beggar Man Thief” son totalmente novedosas, pero los toques de las demás las hacen como nuevas y siempre es un placer volver a escuchar algo nuevo de Radiohead.
“Present Tense” parecía que se iba a quedar olvidada en un cajón desde la primera vez que Yorke la tocó en 2009 y aquí renace cual Ave Fenix, transformada en un tema inmejorable. Y la apertura del disco y primer adelanto “Burn The Witch” debía haber entrado en “Hail to the Thief” (Parlophone, 2003), pero nos alegrará los oídos en este nuevo trabajo.
Aquí hay de todo, guitarras primerizas, desgarradas, otras acústicas, hay jazz, kraut rock, y por supuesto elementos electrónicos de sus penúltimas épocas. Parece que Radiohead quiere contentar a todos, y conmigo, al menos, lo han logrado.
No importa, siempre lo consiguen, siempre hacen de su nuevo disco un hito histórico a la par de cualquier evento respetable a nivel mundial. Seguramente si alguna vez se anunciase la paz en el mundo ellos serían los encargados y con algún tema recauchutado con dos vueltas que le hace irreconocible y mejor que su primera versión. Oye, que son RADIOHEAD, o es que no te has enterado. Son la mejor banda del planeta, lo mejor de este siglo.
