AGOSTO. STRANGER THINGS
¿Qué pasaría si juntaramos tres películas tan míticas como E. T. The Extraterrestrial (Steven Spielberg, 1982), The Goonies (Richard Donner, 1985) y Super 8 (J.J. Abrams, 2011)? No hace falta que lo imagines, porque The Duffer Brothers ya lo han hecho. Tiene forma de serie, 8 capítulos, se llama Stranger Things y se ha convertido en la serie de este verano, como el año pasado fue Mr. Robot (Sam Esmail, 2015-act.), actualmente emitiendo su segunda temporada.
Will Byers desaparece de forma muy curiosa (aunque eso solo lo sabe el espectador) una noche volviendo a casa tras una divertida partida de rol con sus mejores amigos Mike, Dustin y Lucas. Cosas muy estrañas (de ahí el título de la serie) van a tener lugar en el pequeño pueblo de Hawkins, Indiana: la aparición de una niña muy especial, luces que parpadean, otra desaparición, una foto en el momento concreto y en el lugar adecuado, todo un séquito de “freaks” tras la estela de Will: su madre, Joyce (papelón de Winona Ryder), al borde de la locura; el sheriff Hopper, incapaz de huir de su pasado; su hermano Jonathan, muy bien acompañado, no solo de su inseparable cámara, y sus grandes amigos del alma, también perfectamente acompañados.
¿Pero qué hace que Stranger Things revolucione la serialidad de una forma tan explosiva en una época tan apagada como es el verano? Tiene todos los elementos de una producción muy americana, en el mejor de todos los sentidos. Los ingredientes perfectos para darle frescura y misterio al verano: thriller, ciencia-ficción y todos esos guiños a la cultura americana ochentera, especialmente la cinematográfica y la musical. Y no hago spoilers porque yo me percaté de ello ya por el segundo episodio, pero la serie también tiene un toque especial muy parecido a un videojuego increíble llamado Beyond Two Souls (David Cage, 2013). El toque Spielberg, los niños, el viaje iniciático. Tres generaciones distintas saldrán a la búsqueda del pequeño Will y del misterio de su desaparición: Joyce y Hopper, unidos por el amor pater/maternofilial; Jonathan y Nancy, hermana de Mike, envueltos en una trama adolescente que les engullirá hacia lo de Will; además del grupo de amigos inseparables de Will, unos geeks de 12 años con unos valores de amistad mucho más puros y claros que los de cualquier persona adulta.
Este homenaje al cine de los 80 nos ha dejado con un maravilloso sabor de boca y con muchísimas ansias de más. De momento, Netflix no ha confirmado la segunda temporada, aunque viendo el éxito que ha tenido esta primera, podemos esperar una segunda parte de esta historia y del fascinante mundo del otro lado.