ARENAL SOUND 2016
Foto: Abel Gimeno
Burriana, 3 al 7 de Agosto de 2016.
MIERCOLES
¿Quieres saber cómo se desarrolló el Arenal Sound 2016? No te preocupes, porque a pesar de tanta duda sobre su realización, nosotros te lo contamos todo.
Llegamos a Burriana con muchísima ilusión. A pesar de haber podido ver a “Belako” ya dos veces en las últimas semanas, no nos faltaban ganas para una tercera. Estos chicos de Vizcaya lo parten en sus directos. Son merecedores de estar en el “escenario principal”, palabras que se pueden oír coreadas en la mayoría de sus actuaciones. Desgraciadamente, solo pudimos presenciar los últimos quince minutos, debido a la mala señalización de los escenarios de la playa (Inside Stage y Pool Stage). Al recibir la acreditación no supieron explicarnos cómo llegar a ellos, donde estaba exactamente la ubicación de estos escenarios, ni donde se cogían o te dejaban los buses bajo la excusa del cambio con respecto a otros años. Para mí no válida. Ello supuso andar aproximadamente tres o cuatro kilómetros, por zonas de poca luz y con una sensación de desubicación constante. Después de atravesar el equivalente al campo de fútbol de Oliver y Benji, Invernalia y Narnia uno tras otro, por fin llegamos a la playa.
El ambiente no podía ser peor (por supuesto esto no es culpa de la organización), pero si comparamos con otros festivales, es alucinante la diferencia que existe entre la gente que se mueve a este en concreto y los que se mueven a otros. Mientras que en otros festivales puedes encontrar gente con una media de edad de veintiocho años (aproximadamente), aquí la media no puedo asegurar que alcanzara los diecinueve. Y lo más destacable (y lamentable) es ver a miles de personas no solo con aspecto de tener cero inquietud musical, sino que efectivamente así era. Los podías encontrar moviéndose en manada por un paseo marítimo infestado de alcohol, donde la única música que podías escuchar era reggaeton y electro-latino (si es que se le puede denominar “Música”). Desde mi punto de vista, este hecho desvirtúa la esencia de los festivales. O quizás, sea algo subjetivo porque está claro, que al menos en Burriana, para muchos, el concepto de festival es emborracharse en la playa sin importarte absolutamente nada los grupos que toquen “de fondo”.
He de decir que la primera impresión fue nefasta por lo mencionado en el párrafo anterior, pero cierto es que en los sucesivos días al acudir a los escenarios principales el ambiente no era tan sumamente radical. Si que la media de edad era más baja que en otros festivales pero si se apreciaba más interés por los grupazos que actuaban cada uno de los días, porque es verdad que el cartel era muy bueno. Cabe destacar que hasta en mitad de muchos de los mejores conciertos se hacían colas de unas doscientas personas para “pillar” una camiseta de Coolway. Me parece reseñable (y espantoso) que la gente haga colas de horas para coger una camiseta gratis (que llevaba puesta todo el mundo allí) cuando puedes estar viendo actuar en directo a “The Hives”, o a “Kaiser Chiefs” entre otros muchos. Eso corrobora el poco interés musical general que mencionaba anteriormente.
Foto: CRISTINA FERNÁNDEZ
JUEVES
El jueves llegamos con muchas ganas de ver a Fuel Fandango. Los habíamos intentado ver en el Festival de les Arts (Valencia) y en el Mad Cool (Madrid) en el mes de junio ambos, pero tuvieron que cancelar sus conciertos por razones médicas. Así que, como siempre que algo se complica, las ganas son mayores aún. Hasta cuando no te gusta el flamenco, la música electrónica depende, y te parece inimaginable una fusión de ambos, Fuel Fandango y en especial la voz y carisma de Nita, ya recuperada del todo de su edema en las cuerdas vocales, consiguen que entres casi en éxtasis en sus directos.
Después del buen rollo que llevábamos encima acudimos al escenario principal para ver a Love of Lesbian (LOL). Santi y compañía están presentado este verano en multitud de festivales su último trabajo (El poeta Halley). Y como no, Santi Balmes y los suyos, con su puesta escénica inigualable con proyecciones de química, astronomía e incluso unas clases de gramática (que no venían nada mal), hicieron llenazo total en dicho escenario. Además de temas de su último LP, por supuesto no faltaron temazos coreados siempre por todos, casi himnos ya como son “1999”, “Incendios de nieve” y por supuesto, la más bailable, “Club de fans de John Boy”.
A medianoche tocaban All Tvvins. El trío de Dublín no obtuvo un gran protagonismo a pesar de sus pegadizos ritmos, quizás un tanto noventeros, pero animados y bailables. Mucha gente aprovechó para cenar después de LOL y la expectación que se respiraba para el concierto de Crystal Fighters (que tocaban cuarenta y cinco minutos después del inicio de los dublinenses) era inmensa, por lo que mucha gente se fue hacia el escenario principal con bastante antelación para ver a los de Londres hacer de las suyas desde bien cerquita. Cabe destacar que estuvieron bastante flojitos para lo que ellos ofrecen en sus directos. Al menos yo les he visto mucho más potentes en otras ocasiones. Igualmente, “At Home”, “I love London”, “Plage”, o “Love natural” son lo que son (temazos) y hacen saltar hasta al mayor muermo presente. Comenzaron con una larga introducción (casi infinita) de txalaparta (instrumento de percusión tradicional del País Vasco) y comenzaron su setlist, como no, como habitualmente, con “Solar System”. Presentaron alguna canción de su último trabajo pero no creó mucha expectación, quizás empiezan a tornarse algo repetitivos, sobre todo en sus actuaciones, en las cuales el setlist no sorprende a nadie, pues siempre es el mismo.
Noche bastante decente en general a pesar de la decepción que supusieron Crystal Fighters, que como ya he mencionado, les faltó energía e innovación.
VIERNES
Los responsables de abrir la segunda jornada fueron Perro. No me canso de decirlo, ultra potentes, con sus dos baterías como de costumbre y deleitándonos a todos con temas de su último trabajo “Estudias, navajas”. A pesar del calor y de la hora tan temprana, se formaron pogos de gente bailando, levantando con ello una abismal cantidad de polvo, pero que a los que disfrutamos realmente del directo de estos chicos, no nos echó para atrás.
Después tocaba Manel. ¡Por favor! ¡Pero qué aburrido! A cada festival que voy y actúa él me hago la misma pregunta ¿Qué le ven a este catalán soseras? De verdad que no lo entiendo, tan estático y aburrido.
L.A tocaba a las 21.00h en el escenario Negrita. Siempre es un placer poder escuchar la voz de Luis Alberto Segura, sobre todo empezando él solo con “Stop the clocks”. Quizás un concierto demasiado tranquilo e intimista en algunos momentos, demasiado para tratarse de un directo festivalero. Como positivo, ver a Luis Alberto atreverse a tocar la batería con “Love comes around”, tema de los más coreados de su último trabajo “From the city to the ocean side”. Disco que es una auténtica joya.
Ahora viene lo bueno, lo mejor del festival hasta el momento. Kaiser Chiefs. Nunca había tenido el placer de verles en directo, y es una auténtica maravilla. Quien me hablara de sus directos se quedó corto. No pueden sonar mejor. No pueden mostrar más tablas en el escenario. No pueden ser más cálidos con su público. Puro espectáculo. Una voz depurada con un sonido intacto y limpio difícil de encontrar en directos como estos. Fue alucinante poder vibrar al son de “Ruby”, “Everyday I love you less and less”, “I predict a riot” o “Never miss a beat”. El único contra es lo poco que nos gustaron las nuevas canciones que nos presentaron “Parachute” y “Hole in my soul”. Nada que ver con lo que nos han acostumbrado hasta ahora la banda británica. Esperemos que lo sepan solventar con sus próximos trabajos.
Fotos: Nerea Coll
El gran descubrimiento de la noche y quizás de todo el festival fueron ellos, High Tyde. Estos chicos británicos, que por su juventud nos pueden recordar a grupos como “Arctic Monkeys” o “The Strypes” y también por lo enérgicos que son, hacen un rock indie de lo más atrayente que he visto últimamente. Una pena que los más chavalines de lo que estuvieron pendiente es de una triste camiseta gratuita en lugar de descubrir grupazos de semejante índole.
Para finiquitar la noche, Fangoria. He de destacar lo sorprendente de la gran afluencia teniendo en cuenta la media de edad de los sounders. Alaska y Nacho Canut, junto con sus bailarines y su coreografía son puro espectáculo, lo dieron todo delante de un público que de media tenía menos años que los que ellos llevan girando. Momentazo destacable cuando versionaron “Toro” de Columpio Asesino. Por el contrario, no sé qué es más vergonzoso, si tocar una canción de “Sonia y Selena” o un playback tan descarado que se hacía evidente para cualquiera allí presente.
SABADO
La jornada del sábado comenzaba con Belize. Hemos tenido la oportunidad de verles en directo antes y no decepcionan. Me parecen originales y con un talento que antes o después será más reconocido, y dejarán de abrir festivales a pleno sol, que parece ser, son los encargados de hacerlo en todos ellos.
A las 20.00h en el escenario principal tocaban Miss Caffeina. Parada típica en todo festival de este verano, en el que parece no faltan en casi ninguno. Tienen a su público totalmente entregado con temas como “Capitán” y sobre todo con canciones de su último trabajo “Detroit” el cual se están hartando a promocionar estos meses de verano. “Mira cómo vuelo” ya es todo un hit que todo el mundo corea en sus actuaciones.
Foto: CRISTINA FERNÁNDEZ
Comenzando una vez más ese viaje iniciático teníamos en el escenario Negrita a los murcianos Second. Sigo mencionando la gran diferencia con respecto a su época de componer en inglés. Adoro la voz de Sean Frutos en inglés y sin embargo sigo sin pillarle la gracia a cuando canta en castellano. Todavía sigo esperando su “Behind the pose” en uno de sus directos. No pierdo la esperanza,
A las 22.30h tocaban Kodaline en el escenario principal. A primera vista estos chicos Irlandeses pueden parecer el típico grupo atrayente de niñas quinceañeras con carpetas forradas con sus caras. Pero no es así, o al menos no solo. Demostraron ser unos grandes músicos, tener una gran voz, y ser realmente buenos en directo. “All I want” me encanta, ¡llamadme moñas! ¡No me importa!. Quizás sí que no era la hora adecuada por la melancolía de sus canciones, pero a mí me encantaron.
De ahí nos marchamos hacia el escenario Negrita para ver a los suecos “I’m from Barcelona” hacer su entrada triunfal al son de Freddy Mercury. Unas ganas inmensas de ver a la gran familia que forman con sus pegadizas canciones como lo son “Violins”, “The painter” o “We’re from Barcelona”. Divertidos y entrañables solo les faltó bajar a todos ellos (unos trece en esta ocasión me pareció contar) con todos nosotros, porque era de lo que demostraban ganas. Súper cercanos y adorables hicieron bailar y disfrutar a todos los que allí nos encontrábamos.
| Foto: Cristina Fernández | Foto: Jota Martínez |
Y con esto llegaban al escenario principal los cabeza de cartel del día, “Two door cinema club”. Repetitivos hasta la saciedad. Por otro lado, está claro que sus canciones son divertidas y bailables. Vale, si, son auténticos Hits y eso es así, pero se espera más conexión con el público, se esperan más tablas sobre el escenario y no a un Alex Trimble tan estático e incluso apático. Creo que podrían dar mucho más.
DOMINGO
El domingo ya quedaban pocas fuerzas. Pero las teníamos todas reservadas para ver a The Hives. Antes de eso tocaba ver a Izal a las 20.30h. Los hemos visto muchas veces y nos encantan. Aunque, como hemos mencionado ya en otras ocasiones, su último disco no sea de nuestro mayor agrado, cierto es que tienen su público y éste es mayor que el de la mayoría de los grupos que inundan nuestros festivales. Nos encanta ver a Mikel tan cómodo ahí arriba, nos encanta “la mujer de verde” y “el baile” que proclaman. Hace con su público lo que quiere, hasta el punto de hacernos cantar a miles de personas un “cumpleaños feliz” para alguien que aún no sabemos quién era. Citó literalmente “No hemos traído merchandising porque se nos ha olvidado y somos gilipollas” y todo el mundo rió al unísono mientras empezaba a sonar los acordes de la siguiente canción. Son grandes y nos tienen en sus bolsillos. Eso es así.
Foto: CRISITNA FERNÁNDEZ
Por fin llega el momento más esperado (para mí) del festival. THE HIVES! Estos suecos que destacan en el panorama musical desde hace ya unos veinte años, lo tienen todo. Fuerza, garra, simpatía, potencia, carácter, cercanía, ingenio… Para mí, son los mejores con diferencia y su espectáculo es lo mejor que he visto jamás. Si pisan territorio español os aseguro no se me escapan. Salgo de sus conciertos igual que ellos, totalmente empapada, como si me acabara de dar una ducha con la ropa puesta. Puedo perder fácilmente tres kilos en líquido. Son característicos por vestir trajeados de blanco y negro, por ser una de las bandas más enérgicas sobre el escenario y por escupir de manera casi constante durante la actuación.
Tocaron sus míticas “Tick Tick Boom”, “I hate to say I told you so”, “Walk idiot walk” “Come on!” o “Won’t be long” entre otras muchas. Fue un orgasmo musical ver a Pelle Almqvist (vocalista de la banda), junto a Nicholaus Arson (en realidad de nombre Niklas Almqvist, y hermano de Pelle, aunque casi nadie lo sabe). El primero chapurreando español de la forma más entrañable que jamás haya visto, corriendo por todo el escenario, desenredando el cable del micro allá por donde quedara enredado con la ayuda de su ninja particular que les acompaña en cada concierto. Subiéndose a cada objeto escalable tan solo para estar más y más cerca de un público que ardía en llamas. Subiéndose hasta a las vallas anti-avalancha y cogiendo a su público con sus manos para cantar juntos, casi cara con cara. Y al segundo, a Niklas, (del cual se reveló que además es en realidad Randy Fitzsimmons, el que ellos dicen ser el “sexto hive”, descubridor de la banda y compositor, pero que en realidad es un pseudónimo registrado perteneciente a Nicholaus) tocando la guitarra y haciendo unos riffs de locura. Locura como la que muestra su cara en el escenario. Pues a Nicholaus, si algo le caracteriza es los ojos de loco que pone mientras toca su guitarra. Entran en éxtasis y a mí me hacen vibrar a la misma frecuencia. Es una sensación que no puedo describir con palabras. Solo espero poder volver a vivirla pronto.
Foto: NEREA COLL
