LOW FESTIVAL. SÁBADO DE LA MANO DE SUEDE Y LOS PLANETAS
Benidorm, 30 de julio de 2016.
Fotos: JavierPhotoRosa - Liberto Peiró
Segunda jornada festivalera la que arrancaba el sábado en la ciudad de Benidorm. Era el día grande y eso se pudo comprobar nada más entrar en el recinto. Apenas las ocho de la tarde y la mitad del campo de fútbol sobre el que se asienta el escenario principal ya se encontraba copado por los lowers. Los murcianos Second venían a presentar su “Viaje iniciático” a todos los micromecenas que habían participado en la realización de este último trabajo, aunque estaba claro, al menos para nosotros, que los Novedades Carminha serían los encargados de refrescar y bajar unos cuantos grados aquella tarde estival con su fiesta tropical. Lento, lo que se dice lento más bien poco, jodernos y bailar fue lo que nos tocó a base de sacar a relucir toda su actitud punk de melodías atractivas, pinceladas rock bailable y ritmos disco, hasta llegar a la auténtica demolición ejecutada a la perfección por el trío gallego.
En el escenario principal era turno de Black Lips pero hay ocasiones en las que se debe apostar por los escenarios pequeños. En el Jägermeister dos tipos recién salidos del cascarón aunque con piel de bengala demostraron que los mañicos también saben de qué va esto de la música. Zarpazos de energía a raudales desde una máquina infernal que nos “hizo sufrir” en una de las zonas más reducidas del Low. En la parte internacional del cartel, The Black Lips fueron los primeros en pasar a escena, en la que era ya la segunda actuación, tras su participación el pasado jueves en la fiesta presentación a la cual no tuvimos la oportunidad acudir. Deleitaron a los asistentes congregados en el escenario “Budweiser” con un setlist en el que no pudieron faltar sus grandes temas. Turno de un escenario “secundario” lleno hasta la bandera como otros muchos desearían tener su “principal”. Su disco “Mutanciones” hecho a base de versiones obligó a Niños Mutantes a invitar al escenario a grupos participes en el mismo. La Habitación Roja en “La Puerta” y Second en “Las Noches de Insomnio” fueron los elegidos.
Cuarto de la tarde para nosotros y la cosa se empezaba a poner seria. El incombustible Jota y sus pupilos comenzaron seduciendo, con temas de su último trabajo llenos de atmosferas catedralicias, a un público que esperaba impacientemente ese tema que les hiciera empezar a dar los gritos y saltos a los que nos tienen acostumbrados desde sus comienzos. “Santos que yo te pinté” fue la encargada de dar el pistoletazo de salida a un final de espectáculo en el que los Los Planetas se volvieron a revindicar otra vez más y dar las primeras pinceladas de una noche que acabaría llevándonos directamente a los noventa.
Ya hace dos décadas que los jóvenes de entonces bailábamos canciones de un grupo londinense que se colaba entre en los más grandes del llamado Britpop. Ese es el tiempo que hemos tenido que esperar muchos para poder sacarnos la espinita y hacer, por fin, otra dichosa cruz en la lista de grupos que hemos escuchado toda la vida y, que no por unas causas u otras, nunca hemos tenido oportunidad de ver. Brett y los suyos levantaron en vilo el recinto con temas de todos sus discos: “FilmStar”, “So Young”, “She´s in Fashion” o “Everything Will Flow” fueron algunas de ellas, hasta llevarlo al éxtasis con los excepcionales “Trash” y “Beautiful Ones”. Aunque el señor Anderson lo de todo en el escenario, regocijándose con baños de masas y sudando la camiseta como muy pocos, el tiempo pasa para todos y es una pena que en canciones como “By the sea” tengan que ser transformadas y no puedan alcanzar el nivel que tenían allá por entonces. Aun así, un concierto soberbio al que no hay nada que reprochar.
Seducidos por la fuerza e inmediatez de “Movimientos”, último LP de los Juventud Juché, acudimos al escenario Wiko sedientos de conocer lo nuevo de unos de los puntales del punk nacional. En un concierto repleto de nervio, los madrileños repartieron bofetadas en forma de riffs y puñetazos a ritmo de tombs de batería a un público totalmente entregado. La rabia y crudeza de las letras del trío se incrustaban en el cerebelo provocando un trance transitorio repleto de saltos y empujones haciendo las delicias de los más badass del festival. Toda una muestra de músculo y potencia. Los parisinos Exonvaldes fueron protagonistas de las fiestas del Low durante la primavera pasada y por supuesto que no podían faltar a su cita en el recinto. Quizás la hora no era la mas idónea pero dieron un concierto muy correcto y sin faltar a muchos de los puntos iniciales que hicieron de Exsonvaldes un referente de la escena emergente, y que continúa con esas pretensiones en su último trabajo “Aranda”, grabado en nuestro país. Se notan esos modelos americanos y la rama independiente belga de las que toman sus conocimientos. Lograron que el público que no quería “bakalao” del duro del que se repartía a diestro y siniestro por el resto de escenarios se sintiese con ganas de bailar sus ritmos de forma desenfrenada. Y así terminó la segunda de las jornadas del Low, que pasará a la historia, seguro, pero que no será seguramente nada para lo que nos espera en el cierre de hoy. ¡Que Dios reparta FUERTE!
