COQUE MALLA. ÍNTIMO Y PERSONAL
Albacete, 17 de febrero de 2017. Auditorio Ayuntamiento de Albacete
El Santo Tour llegaba a Albacete en su primera cita del 2017 y que mejor manera que con todas las entradas vendidas en el Auditorio del Ayuntamiento, un recinto que para el formato que nos ofreció el exlíder de Los Ronaldos, acompañado de su guitarra y un pianista, fue el adecuado. Eso si muchos echamos de menos la presencia de una banda al completo. Y es que estos acústicos en teatros agradan a los muy adeptos pero se quedan un poco corto para los menos inexpertos a la reciente obra del músico madrileño.
Y es que Coque Malla sacó su lado más íntimo y personal en Albacete de la mano de sus canciones más melódicas así como algún que otro tema adaptado al formato. Todos echamos de menos She´s my baby, Abróchate o algún gran éxito más de la época de Ronaldos, porque no decirlo, que hubiesen hecho levantarse al público de sus butacas.
El show se inició con Me dejó marchar y Escúchame, ambas de su último trabajo El último hombre en la tierra, la primera un precioso comienzo, guitarra y piano se unían a una voz que ya no tiene que gritar para cautivar, y la segunda mas rocanrollera, nos dejó con el pensamiento de que faltaba una banda ya que en el álbum coros, vientos y batería juegan entre el soul y el rock en una mezcla perfecta.
Era momento de dar las buenas noches ante un público que aun sentado tenía ganas de mover los pies. Santo Santo, canción que da nombre al tour, supone una transición hacia algunos de sus mejores temas, sin pena ni gloria. Quiero volverte a ver y Berlín nos inundan los oídos como dos de sus grandes temas y así lo entiende el público que, las recibe con silencio sepulcral, mientras son magistralmente interpretadas, y con una gran ovación a su cierre. Es uno de los grandes momentos de la noche y es que Berlín se ha convertido en road song para muchos, todos queríamos estar en la ciudad alemana que nos describe.
El tono dulce de los anteriores temas se rompe con cuerdas rasgadas y versos duros en La carta. Coque nos recita un tema, a veces romántico, a veces apocalíptico, en donde parece luchar contra sí mismo y su guitarra. Rabia en estado puro.
Pétalos, sonrisas y desastres una de las canciones más redondas de su nuevo álbum nos devuelve a temas más melódicos, aunque echando de menos el coro que aparece en la versión de estudio, cautivando de nuevo al público. El músico madrileño llena un inmenso escenario, es La hora de los gigantes, y sabe hacerlo incluso con mensaje positivo y reivindicativo (...No pidas permiso agárralo… sal a la calle cógelo…es tuyo…) que transmite a un respetable que lo seguirá coreando hasta terminado el tema resonando en un auditorio volcado. Se notaba que el propio Coque estaba disfrutando como el reconoció, sin subirse a un escenario en dos meses y, claro, va y Saca la lengua a pasear, un clásico stoniano de Los Ronaldos que hizo bailar y revivir otros momentos a los allí presentes.
Momento ahora de sentarse, incluso el propio artista, e interpretar Termonuclear un mediotiempo que juega entre una melodía in crescendo y una voz que interpreta perfectamente las palabras que Iván Ferreiro le regaló.
El último hombre en la tierra, tema cuyo nombre da título al trabajo que nos presentaba, nos lleva a ritmo de vals un mundo de ensoñación que continúa con Hace tiempo, algo parecido a una nana con tintes de ranchera, que lleva al exronaldo a abandonar taburete y micro e irse a primera fila para demostrar la fuerza de su voz y desaparecer como los buenos magos en la oscuridad.
Tras las correspondientes peticiones, aparecen otra de esas duplas de canciones a las que el cantante madrileño nos tiene acostumbrados, No puedo vivir sin ti, tema de Los Ronaldos al que Jorge (si, es su nombre real) ha dado un nuevo estilo y que se ha convertido, no sabemos si por aquella campaña publicitaria, en tema emblemático siendo coreado por todo el teatro. Y el otro tema será Hasta el final, según mi humilde opinión muy superior al anterior, una letra que todos nos podemos aplicar en algún momento de nuestra vida acompañada de una guitarra dulce unas veces, rasgada en otras. Segunda despedida, pero no la última, ya que nos esperaba un buen final.
De nuevo sobre las tablas, Coque daba la posibilidad de elegir entre Lo hago por ti, de su último larga duración, y La mujer sin llave, la canción con la que, según nos explico el propio autor, empezó su carrera en solitario. El público optó por la primera, mucho más movida, y es que a estas alturas del show había ganas de rock and roll. Aún así también sonaría la otra opción y es que se trata de unas de las canciones más queridas por su autor.
Y para terminar, los acordes de la guitarra acústica del tema que abre su último trabajo, La señal, un arrepentimiento a modo de canción que supone un gran final, otro mediotiempo que crece para cerrar un concierto ante un auditorio entregado a un Coque Malla que, disco a disco, concierto a concierto, nos demuestra que lleva la música dentro.