LOS ZIGARROS
A TODO QUE SÍ
UNIVERSAL -- ABRIL 2016
ángel valtueña piqueras
Mezclen en una coctelera la chulería de Loquillo, la voz de MClan, el ritmo de Los Rebeldes, las letras de Los Rodríguez y añádanle un poquito de whisky de los Rolling, ACDC o los Ramones y sírvase bien frio, tendrás el coctel perfecto, los Zigarros. Y es que Los Zigarros que se están convirtiendo en los abanderados del rock and roll patrio por motu proprio. Los hermanos Tormo, Ovidi y Álvaro, han sabido crear un gran grupo, después de su escisión de Los Perros del Boogie en 2011, junto a Adrian Ribes y Nacho Tamarit, a la batería y bajo respectivamente, que nos van a dar muchas alegrías a los que nos gusta el rock and roll. A todo que si (Universal, 2016) es el segundo Lp del grupo valenciano, después del disco homónimo Los Zigarros (Universal, 2013), en el que apreciamos la prodigiosa mano de Carlos Raya como productor y, sobre todo, vemos que con tiempo las cosas salen y saben mejor (su primer larga duración, según ellos mismos, se creó y se grabó en un tiempo record). Y ello a pesar de la larga gira que han realizado acompañando al “enorme” Fito y sus Fitipaldis. Once cortes con grandes riffs, letras vacilonas, ritmo frenético y espíritu, mucho espíritu, que se unen en un disco que nos invita en cada una de sus canciones a bailar, beber, amar, odiar e, incluso, si se me permite decirlo, a follar. A todo que si es el nombre del disco y de la primera canción que encontramos y que es toda una declaración de intenciones que bien podrían firmar cualquier sábado noche unas cuantas personas que todos conocemos. Pero ellos le dan un ritmo que desde el primer segundo hace que tu pie empiece a moverse al ritmo de batería y riffs. El segundo corte, Baila conmigo, se inicia como si estuviésemos ante una gran balada tipo Aerosmith o Guns N Roses, pero no son de baladas, y enseguida la guitarra inicia un rock and roll clásico, que bien podría firmar el mismo Chuck Berry. Toda una invitación a bailar. Dentro de la ley fue el primer single de este larga duración y sin duda es la canción más golfa de todo el disco. Un amor indecente entre una policía y un delincuente (“..Yo llamo al 091 cuando mi cuerpo necesita al tuyo...No te lo tomes como una broma cuando tu chica tiene una porra de goma...”) a ritmo de rockabilly que no te dejará indiferente. ¿Qué demonios hago yo aquí? no da tregua en un claro homenaje-versión al Old time Rock and Roll de Bob Seger, más rock clásico para los amantes del cuero y las patillas largas. Y después de la tempestad no viene la calma, viene la Resaca, eso sí como sólo ellos saben hacerlo a ritmo frenético de batería y riffs al más puro estilo garage. Aquí nos dejan alguna frase a destacar como “Anoche era un tigre y hoy soy un ratón” que muchos hemos pensado (esos mismos que el sábado decíamos a todo que si) un domingo por la mañana. Ya me olvidé de ti supone un pequeño parón, incluso necesario, en el disco. Podría ser lo más cercano a una balada que vamos a encontrar en el grupo valenciano. Ovidi reconocía que no son amigos de los medios tiempos ya que pueden cortar el ambiente del disco, a lo que añaden lapidariamente, “ACDC nunca hizo una balada en sus discos”. Y después del amor y del olvido, la tercera fase suele ser el odio, así que Odiar me gusta devuelve el rock con guitarras a lo Stray Cats y una letra que hace apología del odio porque sí, simplemente porque Los Zigarros son así de chulos. Porque yo lo valgo. Y hablando de odiar, que mejor que el punk, Suena rock & roll, corte con un ritmo muy a lo Green Day y con un estribillo homenaje a los Ramones (...Hey Ho! Rock and roll...). A continuación Tendrías que haberla visto bailar nos baja un pelín las revoluciones pero sin desentonar y, particularmente, una de las mejores letras del disco. Contra la pared es una invitación al sexo a ritmo de blues acelerado que se une en el estribillo con un funky de guitarras abrasivas y un Ovidi que nos muestra que es una de las mejores voces del rock and roll español, con permiso de su amigo Carlos Tarque. Y para cerrar Tenía que probar, un corte a dos tiempos que ni suma ni resta a un disco que, llegado aquí, ya estaba todo dicho. SALUD Y ROCK AND ROLL!