MIEDO DE ALBERT PLA

pla 01 pop rock indie culturaBETETA AMARILLO

Cinco minutos antes de comenzar la actuación ya comienza el miedo. Miedo a que te suene el móvil durante una representación teatral en la que para evitarlo se escuchan numerosos avisos por parte de una niña. Más miedo aún, se escucha un bebé llorando, ¿es de verdad?, ¿es parte de la grabación?, un “crack” craneal y el fin del llanto te avisa de que se trataba de una grabación y de que la actuación va a comenzar.

El miedo comienza desde niño: miedo a las muñecas, esas muñecas de mirada perdida, miedo a que te maten, pero no solo a ti, también a tu madre y que la dichosa muñeca se largue con tu padre. Lo que para todos los niños y niñas es un regalo, se convierte en más miedo, miedo a ir al parque, ¿por qué? Porque hay un niño grande, un niño malo y grande.

Entonces, cuando parecía haber pasado el miedo a ese niño grande, tus padres te abandonan en un circo, un circo de los horrores, un circo que transmite miedo por cada uno de sus rincones, por cada uno de sus personajes. Miedo, más miedo, prender fuego al circo parece la única salida. La luz, el calor, el fuego, siempre ha sido un buen remedio para los miedos.

Huyes de ese circo y tus padres vuelven a por ti, has sido valiente y como recompensa te llevan a robar un banco. Pero aparece un miedo presente, miedo a que las luces fallen, miedo a que en una representación teatral vanguardista la tecnología falle, miedo a las pantallas azules, miedo a la manzana de Apple, ¿miedo a la improvisación? ¿Fue real? ¿Fue orquestado? Fue aplaudido.

Vuelven los miedos de niño, miedo a la guerra, miedo a ser uno de esos niños soldados que salen en televisión o miedo a ser una de sus víctimas. Pero cuando parece que se han superado los miedos de la infancia, un helicóptero te cae sobre la cabeza.

Entonces aparecen los miedos adultos, miedo a los accidentes, miedo a morir, miedo a estar en un hospital y que nadie te cuide, nadie te quiera, ni siquiera tu propia madre.

Miedos adultos a las cosas que no se entienden, ¿qué significa un espacio amarillo con un punto morado? No lo entiendes, te da miedo, miedo al arte contemporáneo, no lo entiendes, te da miedo.

pla 02 pop rock indie culturaComo adulto, crees que controlas tu vida, pero no, toda tu vida es controlada por los líderes mundiales, líderes que te presionan, aprisionan y todo eso te da miedo.

Tus miedos adultos no desaparecen, miedo a caer enfermo, miedo a la muerte. Miedo, repugnancia, imágenes que causan asco y que te hacen temer aún más a caer enfermo, a la muerte. Un susto, un susto no es miedo, un susto es solo un reflejo del ser humano, el miedo a la muerte sí es un miedo real.

Miedo a tu pasado, a aquello que hiciste, a aquello por lo que pasaste, recuerdos antes de una muerte, espíritus que ya solo existen en tu memoria, por fin llega la muerte. La muerte del que antes era un niño y ahora grita, grita, pero los gritos del niño vivo no se escuchan porque la gente de fuera llora más fuerte.

Ahora ya no tiene miedo, ya no siente dolor porque está muerto, ya es libre porque está muerto, y se va, no le duele nada y se va. 

Albert Pla con ropa de calle y un paraguas porque la lluvia parece que ha vuelto, se va feliz, agradecido, sonriente, pasando entre el público, diciendo gracias y que se va, se va porque ya no tiene miedo.

Así fue un paso por los miedos de Albert Pla, un paso psicodélico, extraño pero embaucador, disfrutando de su música, su interpretación, su poesía, sus letras, disfrutando de sus miedos y de los de todos nosotros. 

Pero hay una cosa que no debéis olvidar nunca: “Canta, canta, no dejes de cantar. Si dejas de cantar te morirás”. Albert Pla no lo ha olvidado.

revistaindie.com es una publicación Copyleft