CONFERENCIA HOMENAJE A CECILIA DE LASSALETTA
La pintora Cecilia de Lassaletta fue objeto de un homenaje el día 29 de octubre por su trayectoria artística en la tertulia Peñaltar de la casa de Ávila en Madrid; dirigido por Rosa María Manzanares y presentado por Julia Sáez-Angulo, con la presidencia de D. Agapito Rodríguez. El acto consistió en una conferencia sobre su obra apoyada con proyecciones que ilustraron el recorrido artístico de la pintora.
Nacida en Madrid de familia jerezana, se licencia en la Facultad de Bellas Artes de Madrid en 1990. Anteriormente, también realiza estudios de Restauración y Diseño de Interiores. Su trabajo ha sido reconocido y premiado a nivel nacional durante estas últimas décadas y su obra se encuentra en colecciones públicas y privadas, en ayuntamientos, fundaciones y museos. De forma ininterrumpida, realiza exposiciones individuales y colectivas, participa en distintos eventos y ferias artísticas y se consolida en el panorama artístico con una trayectoria amplia y variada en un recorrido profesional con mil caras y facetas que configuran una obra extensa de gran magnitud y excelencia.
Cecilia es una pintora que conoce a la perfección el medio profesional en el que se desenvuelve, siempre en evolución y a la búsqueda de un arte abierto y sin fronteras expresivas. Apasionada del estudio de las técnicas pictóricas, se involucra en la investigación de nuevas formas expresivas derivadas de la manipulación de pigmentos y aglutinantes, esto aporta a su trabajo un enriquecimiento que dota de una gran singularidad y personalidad a su obra.
La extensa y variada creación de Cecilia nos habla de diversos perfiles artísticos, el núcleo de su inspiración siempre ha sido la Naturaleza y en sus primeros años su trabajo está dedicado fundamentalmente a la pintura directa de paisajes y bodegones, la acuarela en estos primeros años ocupa un lugar prominente; en dichos paisajes, nos ofrece una acuarela más abocetada, basada en la mancha libre alcanzando cotas de sensibilidad, expresividad y acierto difíciles de igualar que nos desvela las cualidades de una verdadera artista situada en la creación de una pintura pura.
Durante la década de los 90 su pintura evoluciona con la investigación que realiza con los pigmentos y aglutinantes, lo que llamamos una ”cocina propia”, y el paisaje es el género que centra la mayor parte de su actividad creadora. En él encuentra la artista su propia realización expresiva llena de intensidad y con una paleta cromática poderosa y vitalista con acentos fauve que entronca con la tradición francesa de pintores como Bonnard, Matisse y Derain. Su obsesión por una pintura realizada, durante todo su proceso del natural, es algo totalmente inusual en estos tiempos donde toda la pintura se produce desde la comodidad del estudio del pintor; dota a su obra de una veracidad sentida que trasciende y se hace palpable a lo largo de toda su trayectoria.
Otro de sus perfiles creativos lo encontramos en los diversos encargos que la pintora realiza para la decoración de empresas con cuadros de gran formato, realizados con unos códigos de lectura situados en una abstracción clásica geométrica; sus composiciones precisas y simples están cargadas de acierto donde no sobra ni falta nada, se distancia de una realidad exterior y converge con otra de las muchas caras con la que se construye el arte.
Otro giro en su trayectoria creativa lo encontramos en la realización de retratos que a lo largo de toda su carrera ha venido realizando, también, sujetos a los vaivenes de sus evoluciones en los distintos lenguajes dentro de lo heterogéneo del arte en estos tiempos. En los primeros años sus retratos se enmarcan dentro de las exigencias y los gustos convencionales de una determinada clientela, llegando a los retratos actuales realizados con lenguajes propios. Su técnica evolucionada durante años y sus recursos estilísticos de los últimos tiempos caracterizados por la sencillez y simplificación de las formas en una clara aproximación a la abstracción, nos ofrece unos retratos totalmente novedosos y vanguardistas, plenos de fuerza y sensibilidad.
En su última etapa, la artista se debate entre la frágil línea que separa la figuración de la abstracción, investiga sobre aspectos más imperceptibles de una realidad donde los pequeños detalles de la naturaleza o nuestro entorno cotidiano, se nos presenta con las claves de un lenguaje estético donde lo descrito se nos muestra de forma inusual y extraña hasta el punto de no reconocer el objeto de referencia.
Los temas que trata la pintora son muy variados, encontramos como es habitual en ella, referencias a la naturaleza; sombras de ramas sobre el suelo, copas de arboles, en una percepción sutil, a veces críptica, cercana a una abstracción lírica de gran belleza. También, trata figuras en composiciones emotivas de madres con niños, temas taurinos y retratos.
La obra se genera a partir de lo esencial, eliminando todo detalle superfluo que obstaculice la creación de una composición elegante y precisa, nos encontramos con una prioridad en el planteamiento que considera presentar lo vivido y experimentado con la mayor belleza posible a través de su personal lenguaje estético donde su peculiar técnica depurada durante su larga trayectoria aporta el grado de peculiaridad imprescindible para que su larga y productiva obra cobre una dimensión excepcional.
Durante estos años su independencia innata en su pensamiento artístico, que podemos apreciar en la realización de toda su obra es uno de sus activos más destacables; según nos cuenta ”Siempre he buscado hacer algo personal en la pintura que refleje mi personalidad y proyecte mi pensamiento y mi visión del mundo que me rodea, me apasiona el contacto directo con la naturaleza, imbuirme de todo lo que percibo de ella y expresarlo en mis lienzos , sobre todo me mueve el gusto por pintar.
Nuestro agradecimiento a Cecilia de Lassaletta por su colaboración y el material aportado para la realización de este reportaje.
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