BRUSELAS Y EL COMIC: LA COMUNION PERFECTA
Bruselas. Una de las grandes ciudades europeas, conocida por su sobriedad y por su marcado carácter burocrático. Lo que muchos obvian a menudo es que, mientras se decide parte del futuro político de la Unión Europea o el Manneken Pis es fotografiado por los turistas, allí se ha construido paralelamente una profunda tradición con el mundo de la viñeta. Las historias de personajes tan universales como Tintín o Marsupilami fueron creadas por sus autores en el entorno de la capital belga.
Además, desde hace ya un tiempo, la amplia productividad de historietas se convirtió en arte a pie de calle. Los más famosos dibujantes se trasladaron allí y, con el paso de los años, a base de pintar murales en las paredes de la ciudad, construyeron lo que popularmente se conoce como ruta del cómic. Un itinerario magnífico e imaginario en el que es imposible perderse si uno decide seguir las 47 obras de arte que hay en las diferentes fachadas de la metrópoli centroeuropea y en las que los protagonistas son Los Pitufos o Lucky Luke, entre otros. Una iniciativa que, además, fue una respuesta creativa a un problema de la ciudad, puesto que los dibujos se plasmaron sobre edificios sin mantenimiento y en mal estado. Es decir, lo que era una respuesta a un contratiempo se convirtió en una gloriosa decisión que ayudó a forjar una identidad marcada.
Como era natural, este movimiento nacido en las calles se asentó con el paso del tiempo y desembocó en algo más sólido. Como resultado, el Museo del Cómic de Bruselas. Un lugar de referencia situado en un lugar icónico como es el edificio Art Noveau. Una exposición minuciosa con numerosas referencias a la variante francesa y que nos lleva a descubrir los orígenes del cómic, los procesos de creación y sus artistas y personajes más reconocidos.
Aunque no termina ahí la comunión entre Bruselas y el cómic. Como es natural, cuando una tendencia se asienta en un lugar, la producción siempre va a más y no al revés. Y, habitualmente, esto suele ser un pulmón económico. En la conocida como Capital de Europa hay, según la temporada, un Salón del Cómic o una Feria del Libro en la que las viñetas ocupan un lugar preponderante, así como un restaurante temático llamado Comics Café situado junto al barrio de las Bellas Artes y de los principales museos de la ciudad y que hace las delicias de los más pequeños. También hay lugar para numerosos festivales como relacionados con la materia como la Balloon’s Day Parade o el Comics Festival Belgium.
Quizá todos aquellos que estaban dudando sobre el destino de su próximo viaje hayan encontrado un buen pretexto para terminar de decidirse.
