BOSQUES DE LUZ. JOSÉ MANUEL BALLESTER

ballester01Texto: José M. Martín

Luz, espacio y tiempo. Los tres mitos que marcan la trayectoria artística de José Manuel Ballester (Premio Nacional de Fotografía 2010), narrados a través de una selección de sus trabajos de la última década. Diálogos entre la arquitectura y sus vacíos y una exploración del espacio construido por los hombres. Fotografía de altura en el Espacio Tabacalera de Madrid hasta el 23 de abril.

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En “Bosques de Luz”, las comisarias María de Corral y Lorena Martínez del Corral nos proponen un recorrido inteligente por la obra de José Manuel Ballester (Madrid, 1960). Son de agradecer las retrospectivas que sugieren un discurso narrativo y ésta lo tiene. Para ello, también es necesario contar la inestimable ayuda de una obra compacta y sólida argumental y conceptualmente, y éstos son atributos que no faltan al trabajo de este artista madrileño. La exposición se abre con una imagen, a tamaño real, de la “Última Cena” de Leonardo Da Vinci, de la que han ballester03sido eliminados todos los personajes para quedarnos con la arquitectura y los objetos de la obra. La imagen más potente visualmente para el inicio del discurso expositivo en una sala enorme y vacía. Majestuosa. Todo el mundo conoce la obra de Leonardo, todos somos capaces de situar en ella a Jesús y sus discípulos. Pero sin ellos, Ballester nos propone descubrir la riqueza espacial y objetual de la pintura que nos habría pasado desapercibida ante la sutileza de las expresiones humanas. La luz y las sombras se muestran protagonistas conformando el fresco y eliminan hasta aniquilarla la narración pictórica, el discurso del artista. Es la propuesta de Ballester para el espectador: redescubre qué queda de nuestro mundo, una vez hemos sido suprimidos. Descubre qué queda de nosotros sin argumento, sin narración, sin discurso.

La formación académica de Ballester, licenciado en Bellas Artes, se muestra efectiva en la selección de grandes clásicos de la pintura occidental de las que ha suprimido la presencia humana. Las pinturas han sido tratadas con photoshop, que el autor considera un verdadero tratado de la pintura del siglo XXI. Así, Ballester pinta digitalmente tal y como lo hubieran hecho los maestros del Renacimiento, a la manera de Giotto, Fra Angelico o Botticelli. El resultado es un trabajo evocador, sentimental y ciertamente onírico. Es cómo si esas imágenes no pudieran existir si no se representan tal y como las imaginaron sus creadores. No parecen Giottos o Fra Angelicos pero lo son, lo que nos cuestiona sobre la persistencia visual a la que nos vemos expuestos en la actualidad.

ballester04Teniendo en cuenta el trabajo fotográfico expuesto, no resulta casual la selección de pinturas tratadas digitalmente. Si Ballester se muestra interesado en la creación del espacio a través de la luz, lo pertinente es escoger los frescos de Asís de Giotto, el redescubridor de la sensación de tridimensionalidad en nuestra cultura visual occidental. O escoger la “Última Cena” de Leonardo, lo que significa proponer la representación pictórica perfecta de la perspectiva lineal renacentista.

La parte más destacada de la retrospectiva se dedica a la fotografía que investiga sobre contextos humanos sin humanos. Es el mundo del hombre sin el hombre. Ballester se muestra interesado por mostrar espacios abandonados, suburbiales u ocultos. Edificios en ruinas, arquitecturas industriales o la oculta tramoya escénica del teatro sirven al fotógrafo para estudiar la luz conformadora de huecos, colores, brillos, formas y volúmenes. En este sentido, el mismo contenedor de la muestra, la Tabacalera de Madrid, se convierte en contenido del discurso expositivo. Su espacio reformulado, mostrando las heridas y grietas que el paso del tiempo provoca en los artefactos humanos, se convierte en un elemento más que añadir a la propuesta conceptual que el artista nos propone.

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ballester06La eliminación la figura humana o la eliminación de la narración favorece la exaltación de los valores puramente estéticos y visuales de las fotografías,resaltados más aún gracias a los enormes formatos de las reproducciones y por una iluminación de las salas cuidadísima que potencia la espectacularidad de las imágenes.

Grandes obras con un diseño expositivo a su altura para una de las mejores muestras de fotografías de este año en la ciudad de Madrid.

“Bosques de Luz” de José Manuel Ballester

Espacio: Tabacalera. Espacio Promoción del Arte.

C/ Embajadores, 51. 28012, Madrid.

Hasta el 23 de abril de 2013.

  

 

  

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