WEEZER black album

WEEZER

BLACK ALBUM

CRUSH MUSIC / ATLANTIC - MARZO 2019

4

Santi Hernández

Y por fin llegó el esperado álbum negro de Weezer. Después del respetable disco de versiones con el que confundieron a propios y extraños, por fin publicaron el álbum negro. Negro, pero que muy negro. La portada es tan negra como el memorable disco de Metallica en el que apenas se veía el nombre de la banda y la serpiente enroscada. En ese “negror” que proponen Weezer, ellos han tirado por darle brillo a las figuras de tal modo que se vea que hay alguien ahí. Podrían pasar por los hijos de Batman (apunte friki) para la siguiente saga de superhéroes si no fuera porque el nombre de la banda se deja ver por encima de ellos.

Con esta presentación tan tenebrosa podríamos esperar un disco guitarrero, oscuro, de hipnóticos ritmos de bajo al que se le van añadiendo capas de guitarras, distorsiones o dobles voces. Negativo. “Hasta luego, hasta luego, hasta luego… adiós” comienza Rivers Cuomo a cantarle a cualquier idea previa que hayas hecho. Así, comienza a sonar “Can’t knock the hustle”, con ritmo bailongo y desenfadado que recuerdan a esa locura frenética de Primal Scream. El jarro de agua fría cae con el ya nombrado “hasta luego”. He escuchado varias veces el disco y no ha habido vez que no me haya imaginado a Ricky Martin en un plató de televisión, rodeado de una coral de bailarinas danzando el estribillo perfectamente coordinadas con la sonrisa de Ricky Martin y su dentrífica sonrisa. 

En una entrevista a Mr. Cuomo reconoció que ha dejado de lado la guitarra y usado más el piano y otros instrumentos para componer. Dice que ha dejado hueco para que otros instrumentos y experimentos resuenen y desarrollen su propia sonoridad, antes eclipsado por guitarras. “Zombie bastards” no desentonaría en ninguna piscina municipal este verano ni en ningún tutorial de cómo aprender a tocar el ukelele. De esas canciones que hacen bailar al personal y todo parece mejor, más agradable. Y no es la única. Otras añaden pegadizos estribillos para que la audiencia canturree.  “High as a Kite” confirma que lo que ha pasado hasta ahora no iba en broma. Y es entonces cuando el disco cobra su valor real. Este es un disco original de Weezer.

Hay que reconocer que, con sus altibajos, la propuesta de Weezer es más que decente. Cuanto antes aceptes las normas del juego que plantean Weezer para este “Black album”, antes disfrutarás del disco y la frescura creativa de la banda. Veamos con qué sorprenden en la siguiente vuelta. 

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