SOLEDAD VÉLEZ
DANCE AND HUNT
SUBTERFUGE RECORDS -- MARZO 2016
santi hernández
Me pasa a mí y supongo que a alguien más. Suele ocurrir cuando se escucha a un artista desconocido por primera vez. Supongo que las primeras canciones del disco enganchan para ir decayendo hasta que una del medio vuelve a captar la atención. Si no es así, cuando has repasado el disco varias veces acabas por etiquetarlo en “tostón party records”. Soledad Vélez y su baile y caza de 2016 no es el caso. Con Soledad Vélez ha sido un poco al contrario. Las primeras canciones contrastan con las que cierran el álbum. Las primeras son caóticas, simples, con cambios radicales y sintes machacones. Digamos que no son canciones “amables” que inviten a recostarse y disfrutar de la música. Diría que tiene que apetecer escuchar un comienzo incómodo como “Jeanette”. Menos mal que alivian la presión inicial los festivos acordes de “knife”, aunque no deja de ser ilusión porque vuelve a la espiral que va a seguir todo el disco. Canciones que se dejan evolucionar, que no siguen un orden preciso pero que sí son coherentes. “The Cave” y “Dune”, que cierran el disco, son las canciones más diferentes y las que más me gustan. Son más guitarreras e igual de crudas. La primera muy bien cantada y muy pegadiza. Podría haber sido la primera canción, esa que engancha a primera escucha si no fuera porque toda la propuesta del disco es diferente. “Dune”, por su parte, la canción más larga, podrían ser las cenizas del incendio que ha ocurrido durante los temas anteriores. Comienza con la mínima combinación de acordes y voz acompañando subida y bajada de intensidad para acabar con toda la orquestación e intensidad que ha sido normal hasta entonces.