LADY GAGA
JOANNE
STREAMLINE/INTERSCOPE -- OCTUBRE 2016
@terego_photo
Cuatro discos de estudio y unas cuantas reinvenciones después, Lady Gaga deja atrás el disfraz de Mother of Monster para por fin sacar del armario a Stefani Germanotti, trayéndonos de vuelta a la Gaga que se hiciera tan popular con solo 18 años tocando en los bares de New York con su piano. Joanne (Octubre 2016, Streamline / Interscope) toma el segundo nombre de Gaga, quien a su vez lo heredó de su tía fallecida y a quien el álbum homenajea. Es sin duda su álbum más personal, más directo y desnudo, motivado quizá también por una sonada ruptura sentimental reciente y por el fracaso musical de su anterior Artpop. Si bien el primer single, Perfect Illusion, con producción de Mark Ronson y Kevin Parker, prometía un álbum más electrónico y bailable, Joanne es en realidad una mezcla de estilos que van desde el soft-rock, el soul y el country, con colaboraciones como Florence Welch, Beck o RedOne. Es sin embargo ese batiburrillo de estilos lo que chirría en Joanne, así como las luces y sombras de canciones que van desde la genialidad de la balada country “A million reasons” y el dueto soul “hey girl” con Florence Welch a las incomprensibles elecciones de “come to mama” y la canción más Glee de Gaga en su historia, “Just another day”. El proyecto Joanne inevitablemente nos hace pensar en el desnudo musical de la también diva Beyoncé en su Lemonade, un conjunto también hilado, tan estudiado, que deja en evidencia un quizá acelerado striptease de Gaga. De cualquier modo, el bajarse de las plataformas imposibles y quitarse el traje de carne le sienta bien, y quizá siente las bases para futuros trabajos conceptual y musicalmente mucho más maduros y coherentes.