VILLAGERS
Madrid, 19 de noviembre de 2018. Sala Changó
Villagers hipnotizó a su público en la Changó hace unas noches.
La banda irlandesa compuesta por por una amalgama de músicos multiintrumentales trajo a Madrid por primera vez su sonido Indie-folkactualizado.
La sala llena de espectadores se ponía nerviosa cuando empezó a sonar un track con unos loops de voces y sonidos un estridentes. Con este opening comenzaron a salir los componentes que se iban sumando a este track introductor para finalmente abrir su primer concierto madrileño con el tema “Sweet Saviour”, de su nuevo disco “The art of pretending to sweam”. Un tema con tonos melancólicos y con mucha presencia de sintetizadores donde el cantante pide a gritos su salvación.
El concierto se fue desarrollando a ritmo de una buena película. Cuando te quieres dar cuenta ya han salido los títulos de crédito y la banda está haciendo el bis. Nos sorprendió mucho el segundo tema, mucho más alegre, donde Connor (el cantante) tocó maravillosamente la guitarra y los samplers y sonidos electrónicos plagaban la canción. Casi casi sonaba a una canción de house.
Descencieron al 2010 con “I saw the dead” que fácilmente podría ser la banda sonora de Melancholia. Y perdonad tantas referencias cinematográficas, pero Villagers son muy evocadores.
Los temas de su nuevo disco se alejan mucho del folk que los llevó a la fama y se “actualiza” en temas como “Love Came With All That ItBrings” que lleva un rollazo downbeat chill-soul brutal.
Hay que hablar muy seriamente de los componentes de esta banda. Donde el batería y el cantante prácticamente acaparan toda la atención. Me gusta mucho imaginármelos como los Rufus de Irlanda. Un batería que canta en todos los temas y que si no esta cantando, saca la trompeta y mientras sigue el beat con el bombo te deja con la boca abierta. Y la voz de Connor, que es casi un instrumento más, una de las voces en directo más perfectas que he tenido la suerte de escuchar.
Llegó “A Trick Of The Light” como ecuador de la actuación y el público se sumó a cantar con Connor. Quizás una de las canciones más esperadas de la noche y su gran hit del último disco junto con “Ada”, un tema que te transportaba directamente a Gran Bretaña de Los Beatles y Simon & Garfunkel.
Se fueron sin decir nada con las luces apagadas mientras todos pedíamos el merecido bis donde volvieron a salir para tocar sus tres últimas canciones. “Nothing Arrived” fue el perfecto cierre donde hizo cantar al público viejoven que estaba allí ese memorable lunes de noviembre. Se cerró el círculo cuando volvió a sonar el track que abrió el concierto y como un buen guión, se necesitaron unos minutos para saborear lo que acababa de ocurrir.
Una banda de 10, capaz de cambiar el estilo sin perder a su público que gana mucho en directo y que en definitiva, nos ha encantado.
Esperemos que para el próximo concierto no se hagan tanto de rogar.