TRIANGULO DE AMOR BIZARRO. PATRIMONIO NACIONAL
Madrid, 20 de enero de 2017. Sala Ochoymedio Club
Triángulo de Amor Bizarro llegaba a la capital de la mano de The Live Club para celebrar la reciente elección de su “Salve Discordia” (MushroomPillow, 2016) como mejor disco nacional del año 2016, Premio Ruido, de la Asociación de Periodistas Musicales (PAM) y lo festejaron arropados por una sala Ochoymedio abarrotada.
Para la noche del viernes Fuckaine y su destartalado directo fueron los encargados de telonear al grupo gallego. Durante algo más de treinta minutos los madrileños presentaron algunas de las canciones que forman su reciente LP “Pizza Valentine” (Industrias Bala, 2016) que continua con su arriesgada y divertida apuesta musical. La banda, liderada por Tabata Pardo y Fran Meneses, fue una montaña rusa en la que nadie quiso montar, la mala ecualización y el exceso de sonido limitaron por completo su actuación llegando en algunos momentos a no dejar ninguna canción reconocible. Tan sólo “Hooray”.
El concierto comenzaba al igual que lo hace “Salve Discordia”, la calma tensa de los primeros acordes de “Desmadre Estigio” y su endiablado final enlazaba sin pausa con “Gallo Negro Se Levanta”, no se puede tocar más fuerte, más rápido. Sin dilación, dos temas clásicos de su repertorio, “Un rayo de sol” y “Amigos del género humano” continuaban intercalándose entre las canciones de su último trabajo en una magnífica demonstración de potencia con control. Como un guion carente de fisuras continuaban con “Qué hizo ella cuando la encontró” que servía para coger aire y meter una marcha más con “Robo tu tiempo”, “Muchos Blancos en Todos los Mapas” y “El fantasma de la Transición”. El cuarteto sonaba perfectamente engrasado, con Isa, Rodrigo, Rafa y Zippo entregándose al máximo entre litros de sudor.
Sin soltar el acelerador “Euromaquia” nos recordaba que Europa es una zorra y “Luz del alba” fluía por nuestras venas como por el reino de la serpiente. La sucesión de descargas era constante, “O Salve Eris” y “Nuestro Siglo Fnord" alargaban el repaso al disco nacional del año y confirmaban el tremendo potencial de todas las canciones que lo conforman. "Sloop John B", de The Beach Boys, versionada en gallego como homenaje al disco Pet Sounds, fue el momento menos brillante del repertorio, una adaptación muy alejada de su estilo con difícil encaje en la incendiario repertorio con el que prendieron fuego a la sala.
Sin respiración nos dejaba “Ellas se burlaron de mi magia”, “Seguidores” nos convencía de que no estaremos solos nunca más si acompañamos en la letra a Isa como lo hicimos el viernes, mientras que “Baila sumeria” conseguía descifrar el enigma del Carnero de oro, porque la ciencia es mentira sin ti. La noche avanzaba al ritmo frenético de la batería de Rafa, “Cómo encontró a la diosa” nos bajaba a los recreativos a luchar entre cadenas, para que el virtuosismo de Rodrigo a la guitarra nos salvara sacando la navaja de la distorsión de “El crimen: Cómo ocurre y cómo remediarlo”.
El tramo final del concierto sirvió para ratificar el tremendo estado de forma en el que los Triángulo se encuentran y completar un magnífico set list repleto de trallazos. Y es que tras más de una hora de disparar con bala “Estrellas místicas” nos encajaba la sonrisa en la cara al grito de ¡Sonríe, hostia!, ¡Sonríe, hostia!, “Barca quemada”, convertido ya en un himno generacional, nos empujaba a seguir adelante aun cuando te follen las fuerzas para llegar al delirio con “De la Monarquía a la Criptografía” y ese cierre inconfundible marca de la casa en el que todos exclamamos ¡Arréglame, arréglame, arréglame!. Sin bises, no los necesitábamos, y con su brutal directo los Triángulo de Amor Bizarro presentaron sus credenciales para ser declarados patrimonio nacional.