THE EXCITEMENTS
Madrid, 20 de octubre de 2017. Sala El Sol
Los motivos por los que los diferentes estilos musicales fueron bautizados con los nombre por los que hoy en día los conocemos son de lo más diverso: el término “rock and roll” se acuñó en un programa de radio; “pop” es la abreviatura de “popular” e “indie” la de independiente; “techno” o “electrónica” hacen referencia a los instrumentos que se utilizan para su elaboración; ni idea de donde vienen los términos “hip-hop” o “rap”, pero más o menos me lo imagino y por supuesto está claro por qué llamamos “clásica” a la música clásica. ¿Reggae? Ni idea, ahora lo gugueleo (Don Arturo incluya esta que la usa todo el mundo) ¿funk?¿heavy? ¿salsa?. El pasado día 20 de octubre en la sala “Sol” de Madrid, “The Excitements” nos explicaron a todos los asistentes por qué el “soul “ se llama así (para quienes no dominen el inglés aclararé que la traducción literal de “soul” es “alma”, y se ahorran guguelearlo).
Música que sale del alma para conectar con las almas de quienes la escuchan y hacerles sentir que no están solas, que alguien más ha sentido eso que sientes a veces y que te hace sentir tan mal, o tan bien, o que no sabes cómo te hace sentir pero te hace sentir tanto. Música con el corazón y la verdad en la mano. Puede que te guste o puede que no, pero no vas a quedarte impasible ante la avalancha musical que se te viene encima. Puede, incluso, que tengas la sensación de que esa canción la tenías que haber escrito tú porque describe perfectamente lo que tantas veces se te ha pasado por la cabeza y no te quede más remedio que bailar como un loco o como una loca, según los casos.
El concierto siguió un perfecto in crescendo en la intensidad de los temas. Desde que la banda (bandón) comenzó a sonar sin que Koko-Jean Davis (la cantante) estuviera en el escenario al más puro estilo de los shows de era dorada del soul, hasta que se apagaron las luces del escenario tuve la sensación de que todo había seguido un guión detalladamente redactado para que la conexión entre los músicos y el público fuera perfecta y en mi opinión lo fue. Además tuve la sensación de que el público era muy respetuoso con los artistas y guardaban un respetuosos silencio mientras sonaba la música, algo que echo de menos en muchos de los conciertos a los que asisto. Esto puede deberse a la casualidad, a que el perfil de público de el soul aprecia verdaderamente escuchar música o que el cañonazo que meten “The Excitements” deja a todo el mundo con la boca abierta. Un poco de todo.
Aprovecho la ocasión para lanzar una pregunta al aire, bueno al aire no, a quienes se pasan los conciertos hablando a voz en grito, mostrando una falta de respeto bastante descarada no solo hacia los músicos, sino hacia el resto de asistentes: ¿habláis en el cine?, ¿en el teatro?, ¿en la ópera?, si sentados a la mesa un domingo, vuestra abuela está hablando ¿la interrumpís?. Si la respuesta es “sí” todo está perdido, si la respuesta es “no” queda esperanza. ¡A los conciertos a escuchar! ¡a hablar a los bares!. #hartitometeneis.
No perdáis la ocasión, si la tenéis, de ir a ver a “The Excitements”, creo que aunque el soul no sea vuestro estilo de música favorito disfrutaréis del espectáculo que brindan. Un sonido super compacto y definido a la vez que potente, groovie!. Además de una presencia escénica rotunda, coronada por la máquina de cantar y de repartir soul que es Koko-Jean Davis.
