SONORAMA RIBERA 20. SÁBADO. ENCUENTRO CON PLANETAS
Aranda de Duero, 12 de agosto de 2017
Después de dos tornadas muy intensas en Aranda de Duero la del sábado no se iba a quedar atrás y empezó muy pronto. A las doce y media nos dirigimos hacia el nuevo espacio de Santa Catalina para disfrutar de lo que sería un nuevo concierto de los de Aranjuez, Rufus T Firefly. El tercero en este Sonorama. Otra oda al buen gusto y que a pesar de los problemas de Julia con la batería, volvieron a demostrar el porqué de su éxito ante mucha gente que se agolpaba ya en la plaza. Un nuevo espacio que se abre en el Sonorama para intentar desmasificar la plaza del Trigo y que el sábado lucía con un llenazo completo en el concierto de los murcianos Second justo después del de Rufus.
Desde allí a otro espacio nacido el año pasado que nos pone en conciencia con las bandas que ahora están siendo la punta de la música independiente sudamericana. Y como no podía ser de otra manera, nos fuimos a disfrutar del pop rock de unos auténticos magos, los argentinos El Mató a un Policía Motorizado. También había muy buen ambiente en el Charco y eso hace pensar que se había conseguido la disgregación del público, aunque es difícil. Grandes son estos argentinos que presentaban su último trabajo “La Síntesis O’konor” (Laptra Discos, 2017) del que ya dimos buena cuenta en nuestra sección de críticas hace unas semanas. Desde allí hay que hacer la visita obligada a la Plaza del Trigo. El menú de hoy contenía a Pianet, Ramón Mirabet y Embusteros. Aunque el plato principal venía a la Plaza del Trigo en su Escenario Radio 3 de la mano de la sorpresa del Espíritu Ribera. León Benavente tumbó el día anterior la plaza y ahora el turno era para una banda que se fraguó en esta misma plaza. Izal salió al escenario para deshacer a todos los que se agolpaban en esta plaza reventada de gente hasta casi el final de la calle Isilla. Es, sin duda, el día grande de las mañanas en Aranda y a pesar de intentar disgregar a la gente por otros escenarios el Trigo esta muy lleno. Izal le debe mucho al Sonorama y el sábado se lo pudo devolver con intereses.
Un vez terminada la mañana nos retiramos a descansar porque la jornada de tarde promete ser muy interesante y con el corazón en un puño por las sorpresas que nos puede deparar. A las siete entraban en escena unos murcianos que el año pasado fueron relegados al camping en perjuicio de estar en la plaza del Trigo, que es donde deberían haber estado. Viva Suecia es la savia viva y nueva de este negocio y están llamado a ocupar un sitio que ahora ocupan otros. En un futuro muy cercano seguramente serán una de las sorpresas de la mañana, eso lo tengo claro. Dieron un concierto muy serio y potente con sus éxitos a la cabeza e incluso papelitos por el aire. Grandes los suecos de la huerta.
Mientras Delafe comenzaba con sus versos, nos dirigimos al tercer escenario del recinto, el Burgos Origen y Destino, para ver a una de las mejores voces del panorama nacional, Aurora salía con algo de retraso con sus Betrayers para partir en dos el micrófono. Mucho Soul y Blues con algo de Rock n’ Roll y una voz potente, desgarradora hace de Aurora & The Betrayers una banda a seguir sin ninguna duda. Desde allí a la rueda de prensa con Shinova y Lori Meyers donde nos explicaron lo que es el Sonorama para las dos bandas una joven y otra con una carrera ya destacada.
Salimos rapidamente para poder disfrutar de uno de los platos fuertes del día, en mi modesta opinión, que ya sabéis que de esto cada vez se menos. Santiago Auserón rodeado de una banda de las del principio de esto de la música independiente como es Sexy Nadie era un concierto que no podíamos perdernos. Bolazo épico alternando canciones de Radio Futura con las de los mallorquines. Jaime García Soriano pudo arreglar el problema con su vuelo y llegó a tiempo. Estaba exultante a la derecha de Juan Perro y nos volvió a recordar esos ritmos y guitarras que vivimos con gran satisfacción en los noventas en conciertos en los que, a veces, Sexy Nadie, no juntaba a más de 10 personas.
De ahí a afilar los colmillos para comernos a los Berri Txarrak. Tiene mucho mérito el que una banda que canta en Euskera esté en el segundo escenario del Sonorama y que además la gente quiera verles. Se sabía que no iba a ser un concierto con mucha gente, pero el problema es de los que se lo perdieron. El bolo de los Berri fue sin lugar a dudas uno de los mejores de la noche. Guitarras afiladas con una línea de bajo más que potente y una batería exultante, para que quieres más. No lo necesitas. Ellos sabían lo que tenían entre las manos y es que no hay que olvidar que los navarros llevan en esto mas de 20 años. Disfrutaron del Sonorama casi más de los que allí estábamos y eso se nota cuando tienes las ganas de levantar la mano para decir “Aquí estoy yo”. No siempre hay que transformar una canción a lo electrónico. Los Berri saben hacer del “Kids” de MGMT y del “Around The World” de Daft Punk canciones guitarreras con la entrega total del público.
Mientras la tarta se acercaba, quizás la guinda deberían haber sido los Lori Meyers. Una banda con mucha trayectoria, con unas canciones que ya son historia de la independencia nacional e incluso han saltado ya a la primera plana de la misma. Realmente podían ser los auténticos cabezas de cartel del festival. Quien se lo iba a decir hace unos años cuando habitaban su Hostal Pimodan. El salto cualitativo de los Lori en esta nueva gira ha sido brutal, pero el Sonorama no fue un fiel reflejo de ese salto. Todos los días no pueden ser buenos y quizás fallos técnicos privaron a los granadinos de dar su mejor concierto. El que todos esperábamos después de verles en el pasado Tomavistas de Madrid en su mejor forma desde hacía años. Uno que está en esa buena forma es el señor Jorge con sus Ilegales. Sonido contundente el del Rock n’ Roll de toda la vida que fue el perfecto aperitivo para lo que después nos esperaba, un empacho de piononos.
La sorpresa estaba a punto de desvelarse. Durante la actuación de Ilegales la gente se agolpaba delante mirando el montaje del escenario intentando deducir de quién era esa batería, o los amplis colocados. Hasta que una lona blanca se alzó por delante del escenario con lo que el misterio se incrementaba mucho más. Se proyectó un video empezando por Supersubmarina y donde enseñaron lo que han sido estos 20 años de lucha y de orgullo de Sonorama. Todo el mundo especulaba con Izal, Vetusta Morla y más. Pero creo que se hizo justicia, el regalo no podía ser otro y así empezaron a sonar los aporreos en la batería de Eric en “Segundo Premio”. La ilusión y la desilusión caminaban de la mano en el escenario principal, abandonando el mismo todos los que no llegaban a los 25 años, mientras los demás íbamos avanzando para disfrutar de un concierto memorable con sus lentas, que es lo que tienen Los Planetas ahora, y sus clásicos. Sonaron “Parte de lo que me debes”, “José y yo”, “David y Claudia” y terminaron con “De Viaje” de su opera prima. Y también tocaron “Alegrías del incendio” y “Santos que yo pinte” y de su último trabajo “Islamabad” y “Espíritu Olímpico”. Fue un concierto épico con tristezas y alegrías y con la sensación de que el cumpleaños había sido diseñado con dulzura y buen gusto. Gracias Sonorama por hacerlo posible. En Inglaterra están Oasis o Blur, los Pixies son de Boston y nosotros tenemos a nuestros Planetas. Por qué tenemos que renegar de ellos. Si hay una banda que representa el movimiento indie en España esa es Los Planetas. Si hay una banda a la que se le debe que ahora estemos disfrutando de esta cantidad de Festivales esos son Los Planetas. Si una banda que se merece ser el pastel de 20 años del Festival nacional más importante esos son Los Planetas. Te pueden no gustar, al igual que a mi no me gustan muchas de las bandas que ahora afloran, aunque las respete, y mucho, porque ya hay que tener los huevos bien puestos para subirse a un escenario. Pero hay que reconocer que Los Planetas son la historia con mayúsculas de los que en los noventa éramos llamados raros por escuchar unas cintas de cromo que no sonaban en las radiofórmulas. A muchos de los que abandonaron el escenario solo les pediría que se escuchen unas cuantas canciones de las muchas que tienen. Si una formación con casi veinticinco años de carrera y nueve discos no se merece estar ahí, no se lo merece nadie.
La noche llegaba a su fin pero todavía quedaban cosas jugosas para poder degustar. Los valencianos de La Habitación Roja son otros históricos del panorama nacional que les tocó bailar con unas horas demasiado nocturnas para lo que están acostumbrados. Aún así dieron un concierto más que correcto en un Sonorama que ya se apagaba. El segundo escenario en importancia sonaba bien y salvo los problemas, todavía por investigar, de Dorian, ha sido impecable todo el festival tanto en sonido como en iluminación. Cerraron con “Ayer” y con los Viva Suecia en pleno, encima del escenario.
Para terminar el grupo Shinova hizo que el escenario principal se les quedara un poco grande y eso a pesar del afán por intentar justificar su aparición con letras grandes y el tocar en un escenario como el Ribera del Duero a las tres de la mañana. No por mucho correr se llega antes a los sitios porque quizás te tropieces y te caigas. Eso es lo que pudiera pasar con una banda que a pesar de llevar casi diez años desde su formación, parece que lleva poco tiempo en el corte. Poco a poco y a fuego lento las cosas se cocinan mucho mejor y en un año es difícil pasar de la Plaza del Trigo al escenario grande. Y después de Shinova la sorpresa nocturna llegaba. Normal que estuviera oculta ya que en una edición donde se apostaba por un homenaje a la música española el último regalo venía de Londres. Monarchy cerraba el escenario Aranda de Duero y eran un gran final para una edición con muchos sabores, pero con uno que perdurará siempre. El buen sabor del mejor festival regado con Ribera del Duero y un buen lechazo encima de la mesa.
Todavía quedaba una Plaza del Trigo más. La del Domingo era para Quadrophilia, The Grooves y los sevillanos de El Imperio del Perro. Mientras se acercaba la sorpresa estuvimos viendo al gallego Villanueva que en el escenario Heineken de la Plaza de la Sal daba un concierto muy bueno con bastante público y con sus “bombas nucleares” como epicentro del mismo. La sorpresa del Trigo era un secreto a voces que hasta los mismo protagonistas desvelaron unas horas antes. Sidonie saltó a la plaza del Trigo con la misión de dar un homenaje a Supersubmarina. Para ello interpretaron las canciones de los de Baeza con la ayuda del omnipresente Victor Cabezuelo, de Mikel Izal, Jorge Martí y Gabriel de Shinova. Se dejaron para el final unos cuantos temas suyos para la explosión final como “Costa Azul” o “Estáis Aquí” y “Carreteras Infinitas”. Y con eso y dando cuenta de un buen lechazo con algo de Ribera del Duero dimos por terminada una edición del Sonorama que para nosotros ha sido una experiencia frenética pero muy bonita, gracias entre otros a la organización que se ha portado con nosotros siempre de la mejor manera posible. Comienza la vida, que es lo que sucede entre Sonorama y Sonorama.