PÁJARO EN FRONTERA CÍRCULO ÁMBAR
Madrid, 28 de abril de 2017. Círculo de Bellas Artes. Sala de Columnas
Viernes primaveral en la capital, nueve de la noche. Allí nos encontrábamos en la Sala de columnas del CBA, dispuesta con sillas para los asistentes en la parte central como para un concierto de cámara, para ver a un grupo que es imposible estar quieto y parado mientras tocan.
Tres guitarras en escena, el gran Andrés Herrera “Pájaro”, a su derecha Raúl Fernández y a su izquierda Paco Lamato guardándole los flancos. Más batería, bajo y la maravillosa trompeta de Ángel Fernández.
Segundo disco en solitario de este artista después de pasar por formaciones como “Pata Negra” o “Silvio y Sacramento”. Mítico guitarrista de la escena rockera sevillana, que hace unos años decidió emprender en vuelo en solitario , su última formación “No me pises que llevo chanclas” con el gran Pepe Begines.
No se hicieron esperar mucho y empezaron como no podía ser de otra manera con “Apocalipsis” primer tema de este su segundo trabajo, “He matado un Ángel” con el que volvían de nuevo a la capital.
Un disco donde el rock se mezcla con el blues, la canción italiana, las cornetas de Semana Santa, versos de San Juan de la cruz, una mezcolanza de estilos que Andrés Herrera “Pájaro” sabe tejer de tal manera que te hace sentir dentro de un western, en mitad de un duelo en la calle principal o en mitad de un paso de Semana Santa.
Aun habiendo sillas en la zona central de la sala la gente se arremolinaba cerca de la barra, ya que es difícil no mover el esqueleto cuando Pájaro y su banda están encima del escenario.
Siguieron tocando, alternando temas de su primer disco como “Santa Leone”. Como no podría ser de otra manera sonaron “Guarda che luna” y “Viene con mei” con su inconfundible aroma italiano.
Nos pudimos deleitar con otras canciones como “Bajo el sol de medianoche” esa historia de amor prohibido o con “Tres paso al cielo” magnífica versión de Eddie Cochran con la que se acordó de su gran amigo y maestro Silvio.
Hubo tiempo para que improvisaran un par de canciones para que la gente, que había dejado sus asientos y se habían agolpado a pie de escenario, pudiera disfrutar de esta magnífica banda sevillana de rock con influencias del swing, blues y de todo lo vivido por este gran artista que se hace llamar “Pájaro” que tan bien sabe mezclar y diluir en cada una de las canciones.
