NUNATAK. GANAS DE SALTAR
Madrid, 16 de noviembre de 2017. Teatro Lara. Ciclo Son Estrella Galicia
El jueves pasado era un día largo de trabajo. Había decidido ir sola al concierto, era una idea atractiva, a la vez que agotadora ya que comenzaba a las 8:00 a.m. Pero venció la curiosidad y las ganas de escuchar el fin de gira de Nunatak.
En el último suspiro conseguí apuntar a mi amiga Lalu para compartir sensaciones. Ella siempre dice que “finales y principios forman parte de la misma cosa”, y teníamos que comprobarlo. Lalu había escuchado a estos chicos y se había emocionado con tres de sus canciones. Me dijo muy animada que, aunque hacía un rato no sabía que cerraban la gira en el Teatro Lara, (último concierto antes de volver a casa, a Cartagena), ahora le iba la vida en ir a ese concierto y haría lo imposible por asistir. Y no se arrepintió de su decisión.
Abrieron el concierto con “No volveré a verte”, en un escenario repleto de músicos totalmente entregados (ni más ni menos que nueve componentes, dispuestos a hacernos pasar una gran velada). Esa noche, un chelo y un violín completaban la gesta. Cada vez que me daba la vuelta, ya que no pudimos resistir la tentación de ocupar las primeras butacas, observaba como los choques entre el público estaban por venir: demasiada necesidad de movimiento para tan poco espacio (es en este tipo de situaciones cuando más admiración sientes por Ariadna, cantante de Los Punsetes).
Hicieron falta solo tres canciones más, para que subiera al escenario el gran Víctor Cabecero a tocar con ellos “El pulso infinito”. Gran tema para una inmejorable compañía. No podíamos creernos lo que estábamos presenciando.
A mitad de concierto, bajaron al patio de butacas y nos susurraron “Solos”: “No hay final ni tiempo alrededor, solo distancia sin cruzar”. Y por un momento, la letra cobraba sentido: el tiempo y el espacio dejaban de existir entre nosotros. Banda y público nos convertimos en parte de una misma cosa, un momento mágico en el que la música nos une y hace vibrar.
Nunatak nos trasladaron de manera deliciosa del mundo onírico a la realidad durante cerca de dos horas de concierto. No se hicieron esperar mucho los bises, al grito de “Viva Murcia” de una voz espontánea del público. Nos hicieron vibrar con la melancólica “Más al norte”, la llena de energía “Soy viento, soy fuego”, y la pasional “Romper el cielo”, single de su próximo disco que verá la luz en Marzo de 2018, y que daba sentido al final, presentando lo que está por venir.
“El grito”, otra de nuestras favoritas, cerró un concierto redondo: “Cada principio tiene un final, llegó la hora de saltar”. Y es que escuchar a Nunatak, es tener ganas de saltar.