LOS BENGALA. SI FÉLIX RODRIGUEZ DE LA FUENTE LEVANTARA LA CABEZA
Albacete, 2 de diciembre de 2017. Sala Heartbreak
Si el mito de Poza de la Sal todavía estuviese entre nosotros, podrían ocurrir al menos un par de cosas a sus 95 añazos de existencia. La primera que siguiese ligado al mundo de la naturaleza, haciendo o produciendo sus míticos reportajes. De ser así, y ver en directo a Los Bengala, seguramente decidiría dejar de buscar lo salvaje en los parajes más recónditos del planeta y se fuese con todo su equipo a encontrarlo a las salas de conciertos de la piel de toro. Si por la circunstancia que fuese se hubiese retirado, acabaría en la misma situación tras el dardo de adrenalina que supone asistir a un bolo de los maños. Volviendo a ejercer su profesión o, incluso, intentando invadir Siberia a pecho descubierto porque lo de Borja Téllez y Guillermo Sinnerman hace hervir la sangre hasta a los reptiles que están en pleno proceso de hibernación.
Por ello no es de extrañar que al dúo le costase abrirse paso para subirse al escenario de una Sala Heartbreak abarrotada. Sin duda una metáfora perfecta para comenzar el bolo con “Así Nos Va” y proseguirlo buscando la verdad “En El Mundo Real” a lomos de un riff que podría ser la banda sonora de una estampida de rinocerontes. Tampoco les hizo falta esperar al juicio final para, rugiendo “Aaah”, pegar “El Salto del Tigre”. No descansaron hasta dejar claro a la gentuza que le gusta el rock & roll y se ducha solo los jueves que tienen bien cristalino su destino entonando “Sé a Dónde Voy”.
Recuperaron el resuello recordando que la última vez que visitaron Albacete había sido en domingo. En esta ocasión era sábado, excusa perfecta para convertir la sala en un “Guateque” haciendo que el respetable acabase entregado haciendo los coros y amenazando con perder el control.
A estas alturas Los Bengala ya habían demostrado que han sabido aprovechar la inercia de su Año Selvático. Su directo ahora mismo es una auténtica “Máquina Infernal” que se lleva por delante todo lo que se pone a su paso. Con ese nivel de revoluciones, y consumo calórico, no es de extrañar que hayan conseguido un “Perfect Body” al que hay que animar con palmas para que no piensen “No Quieres Verme”. Y aunque ellos arrastren su alma sin aliento cada noche al salir, a buen seguro, les podría permitir estar hasta “65 Días” sin dormir.
Parecía imposible que pudiesen subir las revoluciones del concierto pero lo hicieron, enlazando tres auténticos pelotazos dignos de documental. “Hacerte Sufrir” y el punteo y el redoble infernal de “El Duelo” hicieron envolverse en llamas al personal y terminar pogueando como si no hubiese mañana.
Si nuestro amigo Félix lo hubiese presenciado, seguramente le hubiese supuesto un quebradero de cabeza. Quizás hubiera tenido que telefonear a su coetáneo Jaques Cousteau para averiguar si parte del ADN de los aragoneses proviene de otro agua que no sea la del Ebro. Cuando menos sí que contiene trazas genéticas de más allá del 
Atlántico de los sesenta. Con “Salvaje” el show se tornó frenético y más de uno tuvo que sujetarse a sus acompañantes confesando “Siento Ardor”.
Sin bises ni hostias. No hubo tiempo que perder en el barato postureo de retirarse y volver a salir. No tiene sentido en un grupo que no lo pierde, ni falta que le hace, siquiera en hacer un setlist. Lo importante es lo importante. Atacar siempre al frente pensando no tener rival. Y en ese momento ser capaces de rematar el bolo con una balada confesando estar “Jodidamente Loco” por nuestro amor. Y es que “No Hay Amor Sin Dolor”.
Ya seas un joven gatito, un cuarentón acomodado, un productor de documentales, un fan de los safaris o un rocknrolla, hazte un favor: coge tus bártulos y corre a tu concierto más cercano de Los Bengala ¡Miau!
