TOMAVISTAS. EL FESTIVAL INQUIETO ENCUENTRA SU ESPACIO
Madrid, 20, 21 y 22 de mayo de 2016. Parque Enrique Tierno Galván
La segunda edición del festival Tomavistas se trasladaba al parque Tierno Galván de la capital y volvía a contar con dos escenarios, uno de ellos situado en el espectacular anfiteatro del parque con capacidad para 10000 personas. Precisamente la ubicación del festival ha sido uno de los grandes aciertos de la organización, el parque genera un ambiente acogedor para el público desde primeras horas de la tarde, mientras que la construcción del anfiteatro amplifica el magnífico sonido del escenario Estrella Damm.
Nuestro festival comenzó el viernes a media tarde con Las Ruinas, el trío de heavy pop de Barcelona repasó con grandes maneras y buen humor sus principales temas, animando a los primeros asistentes que ocupaban las zonas sombreadas cercanas al escenario principal: “Cubata de Fairy”, “Ramón y Cajal o “Un regalo” destacaron entre los 40 minutos exactos de concierto. Con puntualidad extrema arrancaba Cuello en el escenario a la espalda del escenario principal. Con el sol pegando en sus caras, el cuarteto afincado en Valencia nos entregó un tremendo golpe de post hardcore a base de guitarrazos, ritmos de batería ultra acelerados y melodías pegajosas. “Estudiándote”, “Te veo sin valorarte” y “Trazo fino” formaron parte del concierto en el que supieron sobreponerse al mal sonido que proyectaba el escenario MondoSonoro.
Con la pista del anfiteatro ya completa Novedades Carminha desglosaron su último trabajo “Campeones del Mundo” (Ernie, 2016) y recordaron los éxitos de “Juventud Infinita” (Ernie, 2014). Festivo concierto de power pop fresco de los gallegos que con la puesta de sol de fondo facturaban uno de los mejores momentos del festival con el público coreando su “O follamos todos o me tiro al río” de la archiconocida “Juventud Infinita”. “Que dios reparta fuerte, “Cariñito”, “La mejor de Europa” o “Dame Veneno” fueron el ejemplo de lo bien que le sienta el directo a su segundo trabajo. La decepción del festival fue la de los granadinos Trepàt que no consiguieron ecualizar de manera correcta en el escenario pequeño, atronados por el deficiente sonido nos quedamos con las ganas de poder disfrutar de su genuina fusión de guitarras y raíces andaluzas. “Ónix”, “Crack” o “El amor está en la tierra” fueron difícilmente reconocibles entre tanta distorsión.
Consistentes como siempre, los Guadalupe Plata llenaron de personalidad el escenario principal con su blues-rock oscuro. Repasando sus temas más conocidos volvieron a demostrar la eficacia de sus directos, que les ha llevado a recorrer todo el mundo y a recoger multitud de premios internacionales. Larga vida a Guadalupe Plata. Lost Tapes, la nueva banda de Pau Roca (La Habitación Roja) y RJ Sinclair (Tokyo Sex Destruction), presentó su reciente primer álbum “Let´s get lost” (Mushroom Pillow, 2016) con RJ en plan front-man total, abarcando todo el escenario, acrecentando con su actuación los ensoñadores ritmos sintéticos y las guitarras con multiefectos de P. Roca.
En cuanto a la zona de restauración es de destacar la gran calidad y el precio “de calle” de la comida de los food trucks presentes en el festival. Se agradece la idea de la organización de evitar precios por las nubes con una buena selección de proveedores. Aprovechamos el inciso para alabar también el sistema de depósitos para la reutilización de los vasos (tipo Sonorama), los precios asequibles de las bebidas alcohólicas (4 € por medio litro de cerveza) y el sistema de pago “cashless” mediante pulsera que permite la devolución del dinero no utilizado durante el festival.
El Último Vecino nos divirtió con sus estribillos pegadizos enmarcados dentro de su pop ochentero Low-Fi tan bailable con el que están triunfando durante la gira de presentación de “Voces” (Canadá Editorial, 2016). Descarado y a veces algo desafinado Gerard Alegre consiguió que a día de hoy todavía sigamos repitiendo en nuestra cabeza una y otra vez el “Yo por ti seré, yo por ti seré, columna” de “Culebra, Columna y Estatua”. Grandes. Para finalizar nuestra jornada disfrutamos del homenaje lleno de carácter que los rockeros Cápsula están realizado a David Bowie con la interpretación completa de su “Ziggy Stardust”, toques psicodélicos y punk para revisar el clásico de Bowie que dejaron un buen sabor de boca.
El sábado acudimos al Tierno Galván con la actuación de Perro marcada en rojo en nuestra agenda. Los murcianos se han convertido en una cita ineludible en todos los festivales a los que acuden gracias a la mezcla de indie, noise y krautrock y su potente directo. Nos encantan sus dos baterías, el continuo cambio de instrumentos entre sus cuatro componentes y la fuerza con la que nos hacen cantar las surrealistas letras de “La Reina de Inglaterra”, “Ediciones Reptiliano”, “Trato hecho” o su himno más loco “Marlotina”. Sin duda uno de los momentos del festival.
Dice mucho de la filosofía del festival la presencia de multitud de niños durante todo fin de semana; acompañados por sus padres y ataviados con cascos o tapones de protección se les vio bailar, saltar y jugar entre el público. Nos encanta, sentimos que no hay edad para la música, como tampoco hay edad para los estilos. Así, Disco Las Palmeras! distrajeron a críos y adultos con su noise rock repleto de energía y, en esta ocasión, excesivamente distorsionado. El sonido acoplado y exageradamente elevado de gran parte de los grupos que pasaban por el escenario Mondosonoro se había convertido en una constante, algo a revisar para la próxima edición del Tomavistas.
Grupo de Expertos SolyNieve con Manu Ferrón y Jota a la cabeza conquistaron el escenario principal con su particular fusión de indie y canciones populares. La calidad en la interpretación a la que nos tienen acostumbrados no le resta dificultad; así, la pasión de Antonio Lomas a la batería, el genial trabajo de Víctor Lapido a la guitarra, las voces de Manu y Jota y sus maravillosas letras nos hicieron pasar un buen rato coreando “La Reina de Inglaterra” (con mención a la de Perro), “Déjame vivir con alegría”, “Colinas Bermejas” o “Estoy vivo de milagro”.
El contra punto estilístico llegaba de la mano del dúo valenciano Siberian Wolves al que el escenario Mondosonoro se les quedó pequeño. Con su rock teñido de psicodelia y un gran sonido (por fin en este escenario) nos demostraron el tremendo potencial de su primer y homónimo LP. Uno de los descubrimientos del festival. En cambio, el bolo de The Wedding Present se nos hizo muy plano y algo aburrido. Como banda suenan sólidos y sobre las tablas resultan cumplidores; hicieron un repaso a sus temas clásicos carente del ritmo que demandaba el momento de la noche.
Momentos antes del concierto de Triángulo de Amor Bizarro ya se notaba la enorme expectación que generan los gallegos. Y el cuarteto no defraudó a nadie, zapatilla desde el primer momento, más alto, más rápido, lo de los Triángulo es puro espectáculo. Con las canciones de “Salve Discordia” (Mushroom Pillow, 2016) han ganado en melodía y variedad de ritmos sin perder personalidad: "Barca quemada”, “Qué hizo ella cuando la encontró”, “Euromaquia” o “Seguidores” así lo demostraron. Sin embargo, el funcionamiento de los clásicos de TAB es bestial: “Un rayo de sol”, “Robo tu tiempo”, “El Crimen: Cómo Ocurre Cómo Remediarlo”, “Estrella Mística” se intercalaban agitando al público entregado. La locura llegó en el cierre, “De la monarquía a la criptocracia” nos hizo saltar por los aires al grito de “¡¡¡Arréglame, arréglame, arréglame!!!”. Palma de oro para los TAB.
Tras el considerable derroche de energía del concierto anterior nos dirigimos a conocer la propuesta de The Suicide of Western Culture. Acompañados de la proyección de una serie de caóticas imágenes históricas, los de Barcelona sonaron algo flojos en volumen. Nos gustaron sus bases electrónicas llenas de improvisación y el uso de la tecnología analógica de baja fidelidad junto con los sintetizadores. Su directo quedó eclipsado por el estruendo gutural al micrófono de Juanjo Fernández.
Al filo de la madrugada los WAS (antes We Are Standard) se encargaron de cerrar el recinto con una tremenda fiesta de música electrónica con toques funk. Acompañados de una txalaparta en algunas de las canciones de su último disco “Gau Ama” (Mushroom Pillow, 2016) y con Deu Txakartegi en plan estrella internacional los vascos consiguieron hacer bailar hasta a los profesionales de seguridad. Y es que si “WAS loves you, we love WAS as well”.
La jornada del domingo, de asistencia gratuita con invitación, resultó todo un éxito de asistencia desde primera hora de la tarde. El cartel, tremendamente atractivo, quedó encuadrado dentro de las recientes fiestas de San Isidro de la capital, siendo un reclamo más para multitud de personas de todas las edades. Por el escenario Mondosonoro pasaron Chlöe´s Clue, Brigitte Laverne, Papay, Perlita y Le Parody en una clara apuesta por los grupos jóvenes. En el escenario principal se sucedieron Extraperlo, Tachenko (que cuajó un genial actuación), Luis Brea y El Miedo (que resulta una gozada en directo), Mucho (con su mandanga cósmica a pleno rendimiento), Australian Blonde (recordando los inicios del indie en España) y Neuman (con la clase magistral de Paco Román a la guitarra).
Variedad de estilos, apuesta por los grupos nacionales, ambiente y espacio único, cuidada organización y filosofía propia han sido las características que, junto a la calidad de los grupos asistentes, han hecho de la segunda edición del Tomavistas todo un triunfo. Esperamos poder disfrutar de este festival muchos años más.
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