THE BLACKBIRDS QUÉ FUE DE AQUELLOS AÑOS
Toledo, 25 de noviembre de 2016. Sala Círculo de Arte
Se congregaban en la majestuosa sala toledana todos los que han seguido o habían seguido, quizás alguna vez, a la banda que otrora llenaba las fiestas de guardar en su casa y triunfaba fuera de ella, como banda de proyección del movimiento Mod nacional, Lambretta en mano. Hacía poco que se volvían a juntar, si es que se separaron alguna vez en su espíritu y nos ofrecieron varios conciertos a los que aprendimos con ellos a disfrutar de la música de otra época, actualizada siempre, fiel o infiel, pero con un gusto que pocos poseen. The Blackbirds tendrán siempre un hueco en el corazón de los que disfrutamos hace muchos años de esas noches del Valle, donde había conciertos, o los concursos de bandas del Recaredo. Y todos seguimos preguntando por qué no son estrellas, porque hay una cosa clara, lo tienen todo, sonido, ritmo, actitud y una de las mejores voces del panorama nacional.
The Blackbirds tienen sus canciones, pero perfectamente podrían crear una banda tributo, de esas que están tan de moda, de cualquier banda entre los sesenta y los setenta. Y así empezaron, con sus versiones ya clásicas de temas de The Who o de Ray Charles.
Quizás una desilusión y una alegría fue la ausencia de Julián Maeso. Desilusión, porque la sombra de Juli es alargada y su falta a los teclados se transforma en un sonido menos exigente. Yo soy de los que creo que no hay un músico en nuestro país como él y que no asome su Hammond siempre es mala noticia. Pero a cambio tuvimos el descubrimiento de otro teclista, que nunca se escondió y en mas de una ocasión nos hizo olvidar a Julián, enfrascado en la presentación de su nuevo trabajo.
“Indian Rope Man” de Julie Driscoll sonaba en las vetustas paredes de una sala que últimamente está sonando como nunca y es que no hay nada como pillarle el truco a este difícil espacio. Quizás esa posición adelantada de los músicos favorece el sonido interno del escenario y hace que todos se sientan más a gusto y eso se transforma en que todo suene mucho mejor de cara al público. Un público, muy toledano él, sin parar de hablar, y llegando a molestar en muchas ocasiones. Que aunque ya estemos acostumbrados, eso no significa que esté bien.
No llegaron a conectar banda y público como en otras ocasiones y eso se tradujo en un concierto mucho más frío de lo normal y eso que lo intentaron a espuertas. Fernando no paraba de subir al cajón de bajos, Valentin animando sin parar y hablando con todos entre canción y canción.
David Bowie tuvo su hueco con “I Can`t Help Thinking About Me”, inmaculada y emocionante y también entró la hiperversionada “I Put A Spell On You” de Jay Hawkins. Y otros que no podían faltar eran los admirados por todos Small Faces y su “Tin Soldier” que sonó justo después de sus dos temas que conforman el Ep que presentaron hace unos meses. “Rightful Place” y “Sometimes You Win” no podían faltar y son la prueba fehaciente de que los “Mirlos” pueden hacer por si solos maravillosas canciones que nada tienen que envidiar a ninguna de las antes interpretadas. El concierto llegó al final con tímidos bailes del público que no pudieron resistir a la versión de Bobby Freeman “I Can’t Swim” con el concluyó otro bolo mas. ¿Para cuando el siguiente? Estaremos esperando