SONORAMA RIBERA. DOMINGO. COMIENZA LA VIDA ENTRE SONORAMA Y SONORAMA
Aranda de Duero, 14 de Agosto de 2016.
Fotos: Jacobo Revenga
Los que la madrugada del sábado al domingo aún nos encontrábamos en el recinto ferial de Aranda de Duero mientras la China Patino y Luke Donovan versionaban el ochentero “Run With You” de Midnigh, el volver a ponernos en pie para una nueva jornada sonoramera se nos hacía muy difícil, más aún, cuando despertábamos leyendo la noticia del desagradable accidente que sufrían los componentes del grupo Supersubmarina. Son miles las muestras de apoyo que se han podido leer durante el día de ayer a través de todos los medios de comunicación y redes sociales. Aunque aún debemos ser prudentes, las últimas noticias que salen a luz dicen que el Chino y su compañero Juanca permanecen estables, dentro de la gravedad, después de la operación de urgencia a la que fueron sometidos. Desde aquí, también aprovechamos para mandar todo nuestro ánimo a familiares, compañeros de equipo y, por su puesto, a los cuatro integrantes del grupo. Este día de clausura del Sonorama 2016, estaba claro que quedaría dedicada exclusivamente para ellos, después de haber sido Ajenjo y los suyos unos de los claros apostantes de la banda jienense y con los que no ha dudado contarán para la vigésima edición del mismo.
Pocas eran las actuaciones que quedaban programadas para la tarde-noche de este domingo atípico. La plaza del Trigo y la aledaña plaza de la Sal serían las únicas encargadas de repartirse el botín en la primera parte del día. Carmen Boza que continúa con la presentación de su trabajo “La Mansión de los Espejos”, Julieta 21 nombre con el que se designa al proyecto en solitario del almanseño José Pérez y la controvertida formación de Taburete fueron los últimos encomendados a rellenar de sonidos los soportales y cada uno de los rincones de la plaza. Como ha sido habitual todos los anteriores días, los sonoritxs esperaban expectativos la banda con la que los organizadores les sorprenderían en esta ocasión. Después de su paso por el Sonorama del año pasado, donde actuaron en un pequeño Escenario Desperados que se encontraba en el barrio de Santa Catalina, Shuarma y los suyos tuvieron la oportunidad de regocijarse en una plaza del Trigo, la cual, los fans de Elefantes volvían a llenar aunque, eso sí, ya se notaba una menor afluencia en las calles aledañas. Y es que, está claro que, una menor afluencia de público en Aranda invita a disfrutar de la parte no musical que el Sonorama no se cansa de promocionarnos: un buen lechazo regado con sus caldos Ribera. Olvidarse de una vez de los bocatas, los minis de croquetas y/o similares y sentarse en una de las terracitas del casco antiguo de la localidad burgalesa a empaparse de su gastronomía, es otro de los puntos más que positivos de este festival.
Nos personamos en el parque del General Gutiérrez donde la organización tiene ubicado el camping y, desde hace unos años, otro de los escenarios. Parecía que todo comenzaría con retraso cuando, al acercarnos al recinto, se podían escuchar aún las pruebas de sonido a golpe de baqueta. Así fue, algo más de media hora después del horario previsto, los murcianicos Viva Suecia hacían acto de presencia. Concierto sublime aunque escaso de unos chicos que aún se encuentran en proceso de aprendizaje dentro de este mundo, pero que sabemos que al lado hay alguien bueno que les lleva de la mano. Quedamos por ahora a la espera de tener la oportunidad de verlos en alguna sala. Después de otros noventa minutos, en los que los técnicos lucharon contra viento y marea, era el turno de Talisco, la banda francesa liderada por el músico y compositor Jérôme Amandi, que poco a poco, entre su pobre español, palmas al aire y sus juegos de percusión, hicieron que su electro-folk despertara del letargo a un público que esperaba ya que Juancho les montara en sus Sidecars particulares y les condujera a ritmo de rock hasta el final de la décimo novena edición del Sonorama-Aranda.
Balance más que positivo, sesenta mil personas y ciento cuarenta bandas, para Javier y su equipo en un festival que se preocupa porque el público esté cada vez más cómodo, (sacando la zona vip al lateral del escenario principal o instalando un mayor y mejor sistema de sanitarios), u ofreciendo una mayor diversidad, (nuevas zonas de concierto). Aunque, como bien saben, siempre quedan cosas por mejorar y como sugerencias, desde revistaindie o al menos de uno de sus reporteros, quizás la idea de los conciertos del último día en el camping tendrían una mejor acogida en el tercer escenario del recinto situado a la entrada del mismo. Un menor colapso de las barras contratando a unos pocos “mochilamanes” o no hacer pagar al público por un sistema avanzado de pago que se le impone desde el mismo momento que entra al recinto, harían que los sonoritxs tuvieran una experiencia aún más inolvidable.
¡Enhorabuena! Nos vemos el año que viene.