LOS BENGALA. SOLOMILLO DE LINCE

Albacete, 6 de noviembre de 2016. Sala ClanDestino

Desde que nos deslumbraran en el pasado Low Festival, si había una fecha que un servidor había apuntado en su agenda en negrita, cursiva y con print animal, era la del concierto de Los Bengala. Aquel día fueron un auténtico vendaval sobre el escenario que a la comitiva de revistaindie dejó, literalmente, con la boca abierta. Y lo mejor de todo es que daba la impresión de que en una sala esa ferocidad podría elevarse exponencialmente.

Llegó la fecha y, amigo mío, las sospechas se han confirmado. Pese a ser domingo, cuestión que ciertamente se dejó notar en la actitud de partida del público, los zaragozanos demostraron que son capaces de hacerte sentir algo carnal, Incluso en Festivos. Comenzaron con Abran Paso, una metáfora de lo que significan en la escena nacional. Son de los que entran con ese andar en el bar, pero no van del palo, ni traen nada banal, Saben a Dónde van. 

Traen una receta que funciona, pero como todas las recetas clásicas, se corre el riesgo de que la exigencia para dejar buen sabor de boca sea una elaboración perfecta. Si además quieres dar que hablar, hay que rematar con un toque final propio y reconocible. Eso son Los Bengala, el corte de carne más preciado que lleva funcionando desde hace décadas pero revisitado desde un prisma actual, ibérico, auténticamente salvaje y con la particularidad de ser capaces de ejecutarlo, en condiciones normales, siendo únicamente batería y guitarra. Solomillo de lince, querido.

La lesión de Borja Téllez, que le ha obligado a dejar momentáneamente las baquetas –aunque nos consta que ya las ha vuelto a coger-, trajo la novedad de un nuevo batería al que incluso parapetaron tras una pantalla. Quizás por el miedo a que en un arrebato atacara al personal allí presente. No ocurrió, tal vez porque durante el show Guillermo Sinnerman no se olvidó de pedir que lo alimentasen convenientemente por encima de la misma.

Tampoco dejaron que el público se quedase lejos del escenario y le pidieron que se acercase al mismo para subir un punto de fiereza con Yo Grito, una deliciosa versión que podría llevarte a portarte Fatal durante 65 Días.

En un show fulgurante, tuvieron tiempo para dejar entrever que el ADN que cultivan y protegen en su reducto de indómito garage no parece que vaya a bajar un ápice el pistón. Presentaron Sufrir como parte de lo que será su próximo larga duración, anunciado para primavera, otro pelotazo de los que la Sociedad Española de Cardiología prohibiría terminantemente a un hipertenso. 

Y es que puedes ser el tipo más tranquilo de tu barrio pero, en mayor o menor medida, llevas un animal dentro. Quizás la dictadura de lo políticamente correcto hoy en día imperante lo ha arrinconado al último de los confines de tu Perfect Body. Pero ahí está, agazapado esperando a que un Ángel Cristo musical lo despierte de la hibernación a la que lo han inducido y, por lo menos, durante algo más de una hora, vuelvas a ser una Máquina Infernal. Que jadees en un Aaah interminable, olvidando de una vez ser gente normal. Ya sabes, salir en todas las fotos igual –qué mal-, que, por una vez, cambies el analógico por digital y, por favor, olvides definitivamente lo de poner un USB y llamarlo pinchar.

Otra de sus señas de identidad son esos cover genéticamente seleccionados. No faltaron el Salvaje de Los Saicos ni Creo Que Te Voy A Dejar (Bueno, No Sé) de El Niño Gusano.

A estas alturas de bolo no queda otra que volverte Jodidamente Loco y Atacar. Como si algún día una relación se acaba porque a tu pareja no le gusten tus discos ni tu ropa y al amarla te sientas inútil. En ese momento recuerda siempre a los maños, en lugar de caer al abismo de la depresión, contesta que te vas a hinchar a follar. Seguramente lo duden y busquen confirmación, su espíritu te llevará a replicar ¡Pues sí!

Como no podía ser de otra manera, remataron con No Hay Amor Sin Dolor. Ten claro que si te pones a tiro de Los Bengala, ya sea con amor o sin él, te van a morder y no vas a volver a escapar de sus fauces. Así que te grito para que me expliques por qué todavía no los escuchas ¿Ah sí? ¡Pues sí!