EL FIB SALTA LA BANCA
Benicàssim, del 14 al 17 de julio de 2016.
FOTOS: Adrián Morote / Jota Martínez
El FIB cumple veintidós años, de los cuales yo he vivido diez, los diez últimos. Los primeros años presenciaba el espectáculo en sí mismo que es el FIB como un veraneante más que asistía atónito al desembarco que puntualmente se producía en estas fechas en la localidad castellonense, después comencé a pasar al recinto y allí pude disfrutar de más de lo que nunca imaginé: Pixies, Stone Roses, Dylan, Morrisey, Arcade Fire, James, Oasis, Blur, The Strokes, Suede, Manic Street Preachers, Travis y un largo etc. y este año gracias a revistaindie.com, o lo que es lo mismo, a Fernando y a Sara, hemos gozado el festival desde sus entrañas.
Tras las vallas que separan la zona V.I.P. del resto del festival hay un mundo de alfombras y neones donde es posible cruzarte con actores como Ernesto Sevilla o incluso con políticos como Pedro Sánchez. Allí el polvo rojo se sustituye por confortables pufs y palets reconvertidos en camas balinesas…Desde esta zona puedes seguir el desarrollo de los acontecimientos en plasmas gigantes con forma curva, puedes cargar el móvil, conectarte a internet o tomar algo sin pagar por ello. Aquí las colas no existen (salvo en el caso del aseo femenino) y tienes acceso rápido y casi ilimitado a todo con tan solo mostrar tu muñeca…
En todo este tiempo el festival ha cambiado. Como todos nosotros. No debemos ser nostálgicos ni anclarnos en el recuerdo. La idea primigenia de los hermanos Morán se puso en manos de Vince Power con el que entró en concurso de acreedores y ahora de Melvin Benn, el “rey de los festivales” (no en vano, dirige 17 de ellos, Reading y Leeds incluidos), que trata de sacarlo a flote mediante un plan de pago a los proveedores en el que llevan inmersos tres años y del que quedan otros dos más. ¿Cómo se las apaña este hombre?. Parece evidente que ha decidido colocar los huevos (si se me permite la expresión), en la mayor cantidad de cestas posibles o de géneros inventados, así en el FIB puedes escuchar rock, pop, punk, soul, folk, jazz, trip-hop, rap, o música electrónica en sus infinitas variedades.
Todo esto es fundamental para entender el antes y el después de un acontecimiento único en el mundo que destaca por su valor añadido, por las experiencias que acumula, por todos esos intangibles que el FIB ofrece y que el resto de festivales que afloran por toda la geografía patria no. Así las cosas, en 2014 se habló de 115.000 asistentes (45% nacional – 55 % internacional), en 2015 130.000 (50-50), y este año las cifras apuntan desde 160.000 a 176.000 almas (52-48), rozando las 50.000 el Sábado.
En este estado de cosas, ete aquí que llegamos la pareja reporteril de revistaindie el Viernes con la lengua fuera tras superar el mítico atasco de la nacional 340 que une Benicassim con Castellón, justo a tiempo para disfrutar del rock trepidante de The Vaccines y su “If you Wanna” canción que hace una par de años diera inicio al verano de la mano de una conocida marca cervecera. De aquí nos mudamos al escenario Visa para disfrutar los últimos compases de Dorian: “A cualquier otra parte” y “La tormenta de arena”… que dedicaron su actuación tanto a los fallecidos en el atentado de Niza como a los muertos en Siria e Irak. Saltamos al escenario Radio 3 Fib Club para ver a Juventud juché, una agradable sorpresa de punk fresco y reivindicativo que no aparecía en las quinielas. Charlamos con su bajista: Luis Fernández, todo un “parto aprovechado” que toca también con Cosmen Adelaida y los Punsetes. Y tiro porque me toca de nuevo al escenario “Las Palmas” para presenciar el Show de Chemical Brothers, un auténtico espectáculo de luz y sonido no apto para epilépticos que dejó muy claritas las cosas desde el principio con su archiconocido “Hey boy, hey girl” que en 1998 supuso uno de esos momentos que destacan en el imaginario colectivo del FIB en estos 22 años. En el momento cumbre de su actuación dos robots gigantes acechaban por detrás del escenario mientras miles de fibers saltaban sin remedio. Cerramos el telón.
El Sábado amaneció copado por Muse. Todo el mundo hablaba de ellos, todo olía a ellos en Benicassim. La gente estaba a la expectativa y francamente, no defraudaron. Es difícil que un grupo con el calado que tienen ellos lo haga. Comenzaron su espectáculo con “Psycho” ( con un “sargento de hierro” gigante gritando tras las pantallas) y “Plug in Baby” del mítico “Origin of Symmetry” (2001), cuando Muse aun no gozaban del predicamento que tienen ahora pero ya enamoraban…Muse también han cambiado y ahora son una de las mejores bandas del momento, si no, para muchos, la mejor. Además de una máquina de vender tickets, como el Real Madrid o el Barça son una máquina de vender camisetas. Todo un seguro de vida para el FIB en su día grande. Remataron con “Knights of Cydonia” y entre medias todo un arsenal de guitarras triunfales con perlas como “Time is running out” (aquí presenciamos como un chico, rodilla en tierra (roja) pedía matrimonio a su pareja a la que había conocido por primera vez allí mismo nueve años antes…) y adornado con balones gigantes y toneladas de confeti y serpentinas para desgracia del personal de limpieza que intentaba mitigar los daños. La puesta en escena incluyó unas manos gigantes de las que salían, en forma de halos de luz, las cuerdas que convertían en marionetas a los tres de Teignmouth.
Parecía que no había hueco para más y no lo hubo para The Kills y sus “noches siberianas” que se solaparon con los anteriores pero si para Neuman que a pesar de comenzar con un sonido francamente mejorable, nos sorprendieron para bien. Encandilaron a la chavalería con “I love you” y sobre todo con “Turn it”. Lo que quedaba de noche lo dejamos en manos de Disclosure que partía la pana en el escenario principal.
El Domingo tuvimos que “madrugar” para poder ver a “Catfish and the Bottlemen”, grupo revelación en los Brits de este año. Destilan una energía abrumadora, casi adolescente, trasmiten entusiasmo y en definitiva, suenan francamente bien. Después The Maccabees hicieron las veces de teloneros del auténtico” fenómeno” de la noche Kendrick Lamar, toda una superestrella en camisa de cuadros y zapatillas de deporte que ha sido comparada nada menos que con Bob Dylan, Marvin Gaye o Mohamed Alí, casi nada al aparato…al rapero de cabecera de Obama (once nominaciones a los Grammys) que apareció tras un cartelón gigante que instaba a reflexionar sobre el precio del dinero en estos días que corren, ninguna de estas comparaciones parecen pesarle sobre sus espaldas, todo lo contrario, se desenvuelve en el escenario con una soltura inusitada, conectando con sus fieles desde el minuto uno. Algo tendrá el agua cuando la bendicen. Lo que quedaba de noche se preparó para el ataque masivo de los de Bristol que desgranaron sus temas más aterciopelados acompañados de Young Fathers. Quizá no tuvieron el brillo de otras veces pero mantienen intacto su encanto.
Todo quedaba ya listo para el año próximo, Dios mediante, en el que a buen seguro el “gigante” de los festivales, que ya tiene sus entradas a la venta, volverá a hacer saltar la banca. Cincuenta millones de euros de impacto económico tienen la culpa.
Propuestas de mejora: Es un acto temerario rodear de tierra las piscinas del South Beach Pool Party, (indescriptible el barrizal en el que se convirtieron las mismas). Tampoco nos pareció bien que la grada que gestionaba “Visa” estuviera vacía la noche del Domingo aunque se lo perdonamos porque en su carpa nos enseñaron a tocar el arpa laser.
