SUPERSUBMARINA
Texto y fotos: Alex Milinowski
Madrid. 13 de Diciembre de 2014. La Riviera
Aparecieron hace apenas 6 años haciendo poco ruido pero están logrando alzarse con un nombre dentro del panorama musical indie nacional, encabezando el cartel de grandes festivales y protagonizando llenazos como los vividos este fin de semana en la capital. Cinco años tras el lanzamiento de sus dos primeros Eps, y tres años tras su primer álbum de estudio, los de Baeza culminaron anoche con el tercer sold-out consecutivo en la capital para presentar su tercer disco Viento de cara. A las dos fechas que tenían previstas inicialmente en Madrid (los pasados 11 y 12 de diciembre) con entradas agotadas hace más de dos meses, se sumó la tercera fecha que nos ocupa (sábado 13 de diciembre) agotándose a los 20 días de anunciarse, y una cuarta fecha (el próximo 10 de enero) para el que también están agotadas desde hace cinco días.
El sábado los Supersubmarinos volvían a tomar la capital. Con el habitual retraso de este tipo de eventos y tras la actuación de Jack Knife, de los que pudimos disfrutar de un íntimo concierto el pasado 21 de noviembre en la Sala Pícaro (Toledo), pasadas las nueve se respiraba en la sala un caldeado ambiente de impaciencia y emoción en contraste con el frio húmedo del exterior. Cuando pasaban veinte minutos de las nueve, de entre la oscuridad y la neblina que envolvía el escenario se distinguieron unas siluetas acompañadas de unas contundentes notas japonesas que vaticinaban el primer tema 
de la noche: “Samurái”. Los de Baeza empezaban con fuerza a lo que el público demostró que venían con el nuevo disco aprendido de casa. La característica voz de Jose Chino nos permitió colarnos entre sus sábanas con “De doce a doce y cuarto” y nos llevó de cabeza al anterior disco con “Tecnicolor”. En solo tres canciones ya nos tenía a toda la sala saltando y coreando la que quizás es la canción más rítmica del melancólico Santacruz. Sin perder intensidad sonó la guitarra para volver a Viento de cara con “Hasta que sangren” dejando claro el mensaje político del tema, tras el cual el escenario sufrió un impactante cambio de color tiñéndose de rojo y vislumbrándose las cinco letras que dan nombre a la canción “Furia” que bien puede describir la intensidad del tema. A una casi rapeada “Hogueras” que a estas alturas no supone ningún problema para su público, le siguió el pegadizo estribillo de “Inestable”. Tras los agradecimientos a la Sala La Riviera y a todo su equipo culminado con un aplauso de la multitud, vinieron las presentaciones que son más un protocolo que una necesidad para todos los asistentes: Jaime a la guitarra, Juanca a la batería, Pope al bajo, Javi al teclado y el propio Chino como vocalista y a la guitarra, nos arrancaron otro aplauso.
El clima se templa con “Extrema debilidad” que anima a cogerse de las manos y seguir la canción con los brazos en alto. Y con apenas esos minutos de respiro fuimos empujados a una de las más esperadas de la noche “Kevin Mc Alister” con la que los asistentes volvimos a despegar del suelo con los brazos en alto a golpe de guitarra, ahora sí rememorando su tercer Ep, allá por el 2011. Con el ambiente muy caldeado y el corazón en la garganta resonaban “Hermética” y “Ola de calor”, una veterana desde 2009, que no dejó estático a nadie y obedeciendo al estribillo de “y gritarás y gritarás…”. “Viento de cara” nos regaló a un Chino que dejó su fija posición central frente al pie de micro, paseándose por el escenario para el gusto de las primeras filas. Confesó entre risas que estaba “follao” y tomó aliento para continuar deleitándonos con su potente voz en el repaso del nuevo disco con “Enemigo yo” con una potente batería y una sorprendente iluminación. Continuó con los altibajos de intensidad llegando al que hubiera sido el momento mechero (o linterna del móvil, efecto siglo XXI) dejando que el público demostrara sus dotes para el cante con “De las dudas infinitas”. Recuperaron aliento para un chute de recuerdos con otra de las veteranas y más esperadas: “Niebla” empalmando sin descanso con “Puta vida” y “Supersubmarina” para deleite de los seguidores más fieles. Un Chino sediento y visiblemente agotado nos animaba a bailar al son de un pasodoble con “El mañana” y sus sonidos pseudo latinos. La que sería la última canción antes del BIS dejaba una graciosa estampa con algunos de nosotros imitando el bailar pegados de Sergio Dalma.
Y se hicieron de rogar. Posiblemente esperando un “¡Otra!”, mientras que algunos temíamos que se hubieran quedado dormidos.
Pero volvieron. Pope y Javi anticipaban la que da nombre al último disco “Viento de cara” para seguir con otra de las más aclamadas “Granada” la cuál comenzó por el estribillo y terminó coreada por el público. Chino nos confesó que no iban a dejar nada en el tintero, quizás para compensar la infinidad de pausas a las que no nos tienen acostumbrados. Bajó el ritmo con “Para dormir cuando no estés”, tras la que desde la oscuridad anticipaba un final apoteósico con “Algo que sirva como luz” y “En mis venas” para terminar dejándonos exhaustos con “Cientocero”; qué mejor forma de despedirse que con la canción más veterana de su repertorio.
Veinticuatro fueron las canciones de un concierto de más de dos horas, donde a pesar del cansancio justificado por tres días de concierto consecutivos, los de Baeza se pusieron como objetivo subir las pulsaciones y dejarnos sin voz. La gran ausencia de la noche fue el tema “Ana”, aunque ya estábamos en sobre aviso tras la anécdota del pasado jueves, que a pesar de ser pedida expresamente, se quedó fuera del setlist.
Supersubmarina está superando todas las expectativas y desde luego no hay duda de que van por el camino adecuado; ahora rozando la treintena demuestran su madurez musical superándose año tras año, y con un directo que nos deja con ganas de más. Por el momento pronto podremos mitigar la espera desde el sofá de casa ya que en enero publicarán el directo BCN donde sonaron los álbumes Electroviral y Santacruz y su último EP Realimentación.
