LORI MEYERS. SÁBADO
Madrid. 21 de dicembre de 2013. Sala La Riviera
El fin de semana pasado tuvimos la ocasión de ver en directo a Lori Meyers en Madrid y esta vez no solo tuvimos la oportunidad de verles una vez, si no que el grupo granadino llenó La Riviera tres días consecutivos, con motivo de la presentación de su último disco Impronta, agotando todas las entradas puestas a la venta, con un directo y un espectáculo digno de ver.
Las puertas se abrieron puntuales y la sala pronto comenzó a llenarse para escuchar a los teloneros, que en el caso del sábado fueron Pájaro Jack, banda formada en Granada en 2010. Aparecieron en el escenario con aire decidido, pero algo tímidos. Su repertorio no era demasiado grande, pero supieron conectar tanto con el público como con Lori Meyers, que los divisaban tras la mesa de sonido, con un marcado guitarreo y poses dignas de un torero.
La Riviera, llena hasta los topes, esperaba con ganas la aparición de la banda. Pasadas las nueve, las luces se apagaron y comenzó a sonar ‘Intromisión’ con una pieza instrumental. Los de Loja, vestidos con camisa, corbata y americana siguieron el concierto con uno de los grandes temas de su último disco ‘Planilandia’ y el público comenzó a animarse. Intercalando temas más movidos de sus discos anteriores como ‘Dilema’ o ‘Corazón elocuente’ con otras más lentas: ‘Castillo de Naipes’ o ‘Impronta´. En estas últimas, Noni Meyers recitaba desde el piano baladas que engrandecían la noche y provocaba los coros de los asistentes. Sin embargo, no fue hasta el momento ‘Luces de Neón’ cuando el público comenzó a saltar al ritmo de la pegadiza canción.
El cantante, anunciando que habían pasado ya diez años desde el estreno de su primer álbum ‘Viaje de estudios’, no pudieron faltar grandes canciones como ‘Tokio ya no nos quiere’ o ‘Superhéroes’. El ambiente, ya enloquecido, comenzó a sonar al ritmo de ‘Alta fidelidad’, canción en la que Noni aprovechó para descender del escenario y mezclarse entre sus fans cantando al unísono ‘Todo esto es culpa de la gente’.
Llevaban más de la mitad del concierto cuando llegó su último y ansiado single, ‘Emborracharme’, momento en que los componentes del grupo comenzaron a brindar con copas de vino. Al termino del tema, papelillos de confeti inundaron la sala mientras los asistentes saltaban y cantaban cada vez más.
El grupo contó con la presencia de Anni B Sweet, quien cantó ‘Despedirse’ con una voz cálida y sensual junto a unos acordes acústicos. Tras este lapsus de romanticismo, Noni Meyers se sentó al piano y comenzó a tocar ‘Deshielo’ seguido de grandes canciones como ‘Luciérnagas y mariposas’ donde el cantante ya no era capaz de quedarse sobre su asiento. La velada parecía no poder mejorar, pero es imposible decir aquello con estos granadinos. ‘Religión’, ‘¿A-ha han vuelto?’ y su imprescinbible ‘Mi realidad’ se entremezclaron en el alargado setlist, sin momento para la pausa, un júbilo descontrolado.
El concierto llegaba a su fin cuando decidieron regalarnos una versión de ‘La caza’, canción que ninguno de los presentes se esperaba escuchar – y menos a modo de villancico –.
La actuación, de algo más de dos horas de duración, no dejó indiferente a nadie. Sin momento para la relajación, Lori Meyers dejaron huella en la noche madrileña con buena música y una puesta en escena inmejorable.
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