GUADALUPE PLATA
Toledo. 30 de Noviembre de 2013. Sala Los Clásicos
Para completar un fin de semana musical, nos presentamos la noche del sábado en una de las salas de la capital toledana que apoyan la buena música, no solamente a aquellos que ya conocemos todos, como es el caso del grupo que disfrutamos, sino también a otros que comienzan a hacer sus primeros pinitos.
Guadalupe Plata la podemos considerar una de las bandas revelación de los últimos tiempos. Ellos vienen de la mismísima Úbeda aunque bien podrían hacerlo directamente desde el delta de Mississippi, debido principalmente a ese blues sucio y áspero que fabrican.
Ha día de hoy la banda cuenta con un EP y dos “larga duración. Es ese segundo, el que esa noche invernal venían a presentarnos a la Ciudad Imperial.
Sin tiempo para los saludos. Sin tiempo para las presentaciones, ni de banda, ni de componentes ni de canciones. Sin tiempo para las pausas entre canciones. Sin tiempo para nada que no fuera el propio sonido del grupo. Así transcurrió el concierto que nos tenían preparados los componentes de Guadalupe Plata, dentro del sobrio escenario que proporcionaba una atmósfera cálida como de desierto, compuesta por tonos rojizos y anaranjados.
El trío de ubetense compuesto a la cabeza por Pedro de Dios (voz y guitarra), Carlos Jimena (batería) y Paco Martos (bajo, barreño y guitarra) nos concedieron un show más que aceptable, donde pudimos degustar temas como el siniestro “Cementerio”, “I´d rather be a devil”, el “Boggie de la muerte”, “O my bey” o “Jesús está llorando”, llegando a su momento álgido en otros como “Esclavo”, “Milana” o “Rata”, mostrándonos de este modo, ese sonido que les caracteriza, mezcla del blues del sur de los Estado Unidos, mezcla del cante jondo del sur de la península.
La calidad de cada uno de sus compases no pudo evitar que el público, tal vez debido al cambio de estructura al que estamos acostumbrados o tal vez por la monotonía en la que caía el concierto fuera poco a poco dispersándose por la sala y prestando menos atención a la actuación del grupo, tomándoselo de una forma más relajada.
En definitiva, un concierto diferente, como cabía esperar escuchando su música, con originales instrumentos a los que no estamos acostumbrados y que vestían completamente a los músicos en el escenario, completando la estética del grupo.
Indiscutiblemente, nadie puede negar la calidad que estos chicos tienen tanto en los trabajos de estudio como en directos pero, a mi parecer, podría haber sido mucho mejor si la banda hubiera tenido una actitud más cercana con el público y más aún cuando tu público es toledano.
