NOVIEMBRE. MRINBETWEEN
Qué difícil tiene que ser vivir en el mundo del hampa y hacer cualquier cosa cotidiana, recoger a la chiquilla del colegio, quedar a tomar una caña, salir a correr tranquilamente... No sé, pienso, por ejemplo en Daredevil, que se pega la noche entera recibiendo palos por los tejados y luego a las 8 tiene que fichar de abogado y a mí, sinceramente, no me daría la vida. Pues más o menos esto es lo que le ocurre al protagonista de Mr Inbetween, la serie australiana que HBO estrenó el pasado mes de septiembre en nuestro país, a pesar de que es producción de la siempre fiable y adictiva FX.
Scott Ryan escribe y protagoniza esta serie pequeña, son solo 6 capítulos cortos, pero muy disfrutable y con una calidad innegable. La serie está basada en The magician, película que él mismo escribió y dirigió también.
Ray es una especie de asesino a sueldo-portero-segurata de mafiosos divorciado y con una hija en custodia, no sabemos si compartida, pero de la que tiene que hacerse cargo a menudo.
Con la ingente cantidad de producciones que tenemos cada año, es inevitable que a veces surjan comparaciones entre ellas. Cuando uno ve Mr Inbetween es inevitable pensar en el otro asesino a sueldo célebre de HBO en 2018, Barry, cuyo elenco salió exitoso en los Emmy. Vaya por delante que yo disfruté mucho de Barry, pero no logró lo que creo que la serie nos proponía. Tenía momentos muy divertidos, sobre todo cuando aparecía un clan de chechenos locos, pero su personaje principal era un intento fallido de hombre atormentado tan obvio, que a veces hasta tenía que narrar en voz alta lo atormentado que estaba.
Aquí, al contrario que en Barry, tenemos a un personaje cuya vida se mueve por un valor muy claro, el respeto. No sabemos mucho más sobre él, pero podemos deducir muchas cosas de sus actos, de sus miradas, de sus ataques de ira o de sus momentos a solas. Estos momentos a solas resultan un oasis en el mundo de Ray, con la tranquilidad de una fotografía y una banda sonora tan cálida como apaciguante.
Hay momentos en Mr Inbetween que podrían haber sido firmados por el mismísimo Tarantino. La narración de cada capítulo viene marcada por escenas violentas pulp, con buenas dosis de surrealismo y de humor negro. Ray podría ser perfectamente un Reservoir Dog, no solo por la contención y el rollo de smooth killer, sino porque encima se da un aire a Steve Buscemi. El universo criminal de la serie carece de glamour alguno, lo que, en contra de lo que podría parecer, le da una frescura que se agradece. Muchos se acordarán de la película también australiana Animal Kingdom. Todo es cutre, los matones son torpes, codiciosos y traidores, pero aquí emerge la figura de Ray, el más profesional de todos y siempre sacando de apuros a algún amigo que otro.
Mr Inbetween es una serie para mini maratonear, se disfruta muchísimo su humor negro y nos deja con ganas de más capítulos. Una de esas sorpresas que a veces se encuentran en los cargadísimos catálogos y a las que a menudo no damos una oportunidad.