OTRA VEZ

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Originalidad: cualidad de la cosa que es original. Original: dicho de una obra científica, artística, literaria o de cualquier otro género; que resulta de la inventiva de su autor. Original: que tiene, en sí o en sus obras o comportamiento, carácter de novedad. Dejo esto por aquí por si a algunos se les ha olvidado. En Hollywood desde luego que sí. No daban suficiente la matraca con los superhéroes y las secuelas que, ahora, también hacen “remakes”. No os hablo de esas versiones de carne y hueso que tan de moda están por Disney (miedo me da que se pasen con lo de descongelar a viejas glorias); os hablo de “Ha nacido una estrella”, otra vez.

Quejarse de un “remake” de “Ha nacido una estrella” podría ser el inicio de una crítica en 1954 o en 1976. No contentos con una versión, los americanos nos han regalado tres versiones del gran filme del 37. Cada cual peor que la anterior. Obra maestra en los 50 y obra de terror en los 70; debería haber sido suficiente señal como para no hacer un tercer intento. De Garland a Gaga pasando por Streisand: la misma historia, otra vez.

nacido 02 pop rock indie cineTengo una mala costumbre. Después de ver una película y haberme formado una opinión me gusta leer a diferentes críticos de cine (qué bonitos tiempos cuando la crítica y la audiencia coincidían). Esta vez, como en tantas y tantas ocasiones, todos pensaban igual: es una buena obra. Me gustaría ser tan sabio como ellos y poder ver por qué “Ha nacido una estrella” es tan maravillosa. Entiendo que el verano siempre supone una travesía por el desierto en la gran pantalla; los fanáticos del cine lo pasamos peor que Joselito en un test antidrogas. Aun así, desde las butacas del cine que cada día son más incómodas, desde una sala que cada vez está más vacía y con mi entrada en la mano que cada vez es más cara; no podía dejar de pensar que estaba viendo un trozo de heno regurgitado por una vaca que cada vez mueve menos la cola, otra vez.

Para mi desgracia, fui a verla. Arrastrado por la industria no cesaba en mi cabeza la imperiosa necesidad de ver el debut de Bradley Cooper como director y el de Lady Gaga como actriz principal. La cantante es una estrella de renombre en el mundo de la canción; si olvidas toda la parafernalia que le rodea te queda una de las mejores artistas de los últimos tiempo. Nos ha dejado claro que no será una estrella de renombre en el séptimo arte. Otra cosa es que desde el cuarto consiga apaños para el primo. Tenía un papel hecho a su medida. Debía eclipsarlo todo, convertirse en la estrella. Sin embargo, Bradley tenía planes muy diferentes: Cooper tiene vocación de eclipse. Otra vez.

Director, guionista, actor principal… A Bradley Cooper solo le faltó ponerse a servir cafés. Centrémonos primero en su labor con las cámaras: maldito roba planos cobarde. Casualidades de la vida decide convertir a su personaje en un principal que, incluso, se sitúa un escalón por encima de la cantante: planos que pedían Gaga se quedaron en nada. No contento con eso demuestra su falta de valentía cambiando de planos sin ton ni son: incapaz de mantener la misma posición más de dos segundos; muchísimo menos un primer plano que consiga estrujarte el corazón. Oportunidades no le faltan y solo aprovecha una (¡Sorpresa!, él es el protagonista de la escena). El momento más trágico lo resuelve con una elegancia digna de los mejores directores. Logra ser sutil y sensible, hacerte presagiar lo que iba a suceder (que fuera el tercer “remake también ayuda) y acongojarte cuando llega el momento. Lástima que tenga el pesado lastre de su ego, tenía que cagarla secuestrando unos últimos compases que solo pertenecían a Gaga y que él maltrata para llevarlos a su terreno con una composición terrible, otra vez.

nacido 03 pop rock indie cineAdemás de tratar al público como si fuera imbécil explicando absolutamente cada una de las metáforas de la obra. Bradley, el hombrecillo orquesta, también es actor. Me genera muchas dudas: a veces por su mediocridad, otras por su condición de director y otras, creo, por el doblaje. ¿Por qué indistintamente de si va borracho o no habla con la voz de un drogadicto a las seis de la mañana? Si algo nos ha enseñado Enrique San Francisco es que conseguir algo así supone un trabajo de muchos años. Otra cosa que nos ha enseñado el bueno de Enrique (y Rossy de Palma) es que algunos actores viven de su físico. Más alejado del cubismo, Bradley es un ejemplo de ello; otra vez.

Más allá de los problemas de forma y fondo que este filme tiene. No podemos olvidar que se trata de una nueva versión de algo que ya tiene 81 años. Si queremos ver “Ha nacido una estrella” tenemos dos opciones mucho mejores que esta y otra donde Barbra le pone muchas ganas. Si, en cambio, lo que queremos es ver una película de drogas, apostemos por el producto nacional y su cine quinqui. Por favor, no sean tan idiotas como yo y no sigan contribuyendo a esta vorágine de “remakes” y secuelas que sufre Hollywood. Hagan lo que digo y no lo que hago; otra vez.

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