CRIANDO RATAS: UN VIAJE AL UNIVERSO NEOQUINQUI
A finales de los años 70 y principios de los 80, la población española estaba sumida en una gran inseguridad fruto de una economía en transición. El cine, como siempre a lo largo de su historia, era una herramienta de entretenimiento y distracción para los espectadores, pero esta vez el público demanda más al séptimo arte: quería saber por lo que estaba pasando la gente y qué ocurría en sus calles. El cine quinqui nace como una respuesta a esta necesidad, en la que delincuentes de barrios marginales tienen por primera vez voz para narrar sus vidas sin pelos en la lengua.
No es de extrañar que un producto como “Criando ratas” aparezca ahora mismo como el resurgir de este cine tras más de 40 años. La situación nacional poco tiene que envidiar a la de aquella época: la gente no tiene dinero, no tiene trabajo y la esperanza no es más que un eufemismo de supervivencia. Carlos Salado, director de esta película, demuestra en la pantalla el nacimiento del cine neoquinqui, donde las referencias del más puro dogma hacen que la realidad de sus personajes sea más cercana al propio documental que a la ficción. La cámara en mano, los propios personajes interpretándose a si mismos y la usencia total de decorados o efectos digitales, hacen que la crítica social de este film sea más potente que nunca. Temas como la violencia, la pobreza, las drogas, las injusticias, la falta de valores humanos colman las calles de Colonia Requena y las Mil Viviendas de Alicante, dónde las tristes vidas de sus protagonistas no dejan de ser el reflejo de la presente realidad, y no de los años 80 por mucho que nos esforcemos en creerlo.
Después de 5000€ de presupuesto y más de 6 años de producción -las entradas y salidas en prisión de su protagonista, Ramón Guerrero, interrumpieron su rodaje en sucesivas ocasiones- “Criando ratas” llega al público de la forma más accesible posible, a través de la plataforma Youtube, dónde el film está cerca de alcanzar el millón de visualizaciones. Salado ha declarado en sucesivas ocasiones que el fin de su película no era otro que llegar al máximo número de espectadores, utilizando muy inteligentemente todos los medios a su alcance para conseguirlo, siendo todos conscientes de que hace diez años no podría haber conseguido nunca semejante visibilidad. El director y compositor, demuestra de esta forma que nunca ha querido hacer un producto rentable, sino una propuesta independiente con la que mostrar a la gente el sufrimiento generalizado de personas como Cristo, el Pistolica, o Mauri, entre otros.