ABRIL. COUNTERPART
Lo reconozco, estoy atravesando un bache en mi estado de ánimo seriéfilo. Cada vez que abro una plataforma y esta me informa de 3 o 4 novedades, siento hasta un poco de agobio. Esto puede parecer el típico postureo de turno del seriéfilo flipado que se queja porque cualquier tiempo pasado fue mejor, pero creo que no es el caso y explicaré por qué.
Hace poco leía un tuit que me resultó tan gracioso como certero:
La broma, aparentemente inofensiva, pone de manifiesto la vorágine en la que han entrado plataformas y productoras, que se lanzan a producir series de todo tipo, ante la cada vez más fragmentada audiencia. ¿Cuál es el problema si todos los tipos de público encuentra productos acorde a sus gustos? Para mí, el problema, fijándonos otra vez en el tuit, es que el filtro es muy poco exigente, y esto, al final, repercute en gran parte de las producciones. Recordemos que hasta Woody Allen realizó una serie para Amazon con un dudoso resultado.
Pensando en esto, dio la casualidad que me encontré con un artículo en Xataca.com sobre la tendencia de muchos espectadores de ver las series en 1,5X y 2X. Cuando leí a Marina Such, autora del artículo, preguntar a la gente si de verdad usaban estos métodos, la verdad es que no entendí muy bien el por qué del cuestionario. Resulta que mucha gente ve series a velocidad rápida para tener más tiempo para ver cosas y así poder estar al día de todo lo que sale, recomiendo leer el artículo, porque es muy interesante. Esta locura de ver una obra sin respetar absolutamente nada ni del proceso creativo ni de su resultado, es a lo que hemos llegado dentro de esta burbuja a veces social. Hace poco, también leí que Vigalondo estaba abandonando el barco de las series debido al esclavismo social y a la psicosis que produce tener que estar al día de todo lo que sale semana tras semana. Algo muy parecido a esto es lo que siento últimamente, creo que veo menos series ahora, con toda la oferta del mundo, que cuando tenía que esperar cada semana para ver un nuevo capítulo. Esto no quiere decir que no aparezcan joyas que también merece la pena ver en formato binge, claro que hay muchas, pero sí, tengo nostalgia de esos años en los que disfrutamos de Lost, Breaking Bad, Mad Men o Treme poco a poco, degustando cada capítulo con el tiempo suficiente para digerirlo.
Total, que toda esta turra la he pegado para venir a comentar una de esas series que merecen la pena semana a semana, así ha sido como HBO España nos la ha brindado, Counterpart.
A menudo, la ciencia ficción se usa como excusa para desarrollar una trama más compleja, si la serie es de calidad, claro. En el caso de Counterpart, la ciencia ficción es directamente una anécdota.
Pensemos en el punto de partida. Tenemos un escenario en el que en algún punto del pasado, concretamente durante la Guerra Fría, nuestra realidad se desdobló en dos, provocando dos universos paralelos entre los que hay una puerta situada en la ciudad de Berlín. Hasta aquí, muchos pensarán en la maravillosa Fringe, pero solo esto tienen en común ambas series. Counterpart es una historia de espionaje a la vieja usanza, al estilo de clásicos como El Tercer Hombre o la más reciente El topo. De hecho, si tuviésemos que compararla con otra serie, sería con The Americans.
El primer aspecto que sobresale es el reparto, centrémonos un poco en esto. Ni que decir tiene que el plato fuerte es J.K. Simmons, por partida doble, ya que podemos disfrutarlo encarnando al mismo personaje en ambas realidades. En una realidad, Howard es un aburrido e inseguro funcionario cuya mujer ha sido atropellada. En la otra, Howard es una especie de agente secreto con habilidades para la acción pura y dura, la noche y el día, ¿notaremos la diferencia entre ambos personajes a pesar de ser el mismo actor? Es realmente fascinante como no solo podremos apreciar diferencias en la voz, más fuerte y segura en uno de ellos, sino también en la forma de andar, la postura...Qué bueno es J.K. Simmons. Casualmente, él también estaba en una de las series pioneras de HBO, OZ, que desde hace poco tenemos disponible en su plataforma en España.
Es cierto que, prácticamente, cada uno de los personajes supone una pieza indispensable en el puzle que va conformando la historia, sin embargo, hay una pareja que me resulta especialmente interesante dentro de ese puzle y que ,además, en términos interpretativos destaca por encima del resto, quizás también por el desarrollo de los propios personajes.
Una parte de esa pareja es Clare, interpretada por Nazanin Boniadi, a la que muchos conocimos como novia de Barney en Cómo conocí a vuestra madre, pero que, posteriormente, ya pudimos ver en una serie de corte más similar a Counterpart, Homeland. Clare es, aparentemente, una ama de casa inofensiva, pero claro, en una serie sobre espías que cruzan una puerta interdimensional, podemos esperar que nada sea lo que parece. No explicaremos el desarrollo de este personaje, porque sería destripar demasiado, pero es realmente interesante y original.
La pareja de Clare, Peter Quayle, está interpretada por Harry Lloyd, ¿les suena? Aquel odioso y odiado hermano de Khaleesi en Juego de Tronos que murió pronto y bien. Pues bien, Peter Quayle es, aparentemente, otro personaje obvio, un marido infiel, un enchufado chupatintas al que odiaremos, pero que evoluciona paralelamente a la trama y, como su mujer, también esconde aristas que nos harán cambiar nuestra percepción sobre él.
No es casualidad que destaque los personajes a la hora de comentar la serie. Uno de los grandes atractivos de la historia es cómo el juego con ambas realidades nos hace plantearnos lo mucho que el entorno, la experiencia y las simples casualidades de la existencia influyen en nuestra forma de ser. El personaje en el que se aprecian más claramente estas cuestiones es el de Baldwin, una sicario en una de las dos realidades que, de alguna forma, comienza a detonar las hostilidades.
Si quisiéramos entrar en profundidad en la trama, sería muy difícil comentar nada sin estar destripando asuntos que es necesario ir descubriendo poco a poco. Counterpart es una historia de espionaje como esas tramas-cebolla HBO, que van mostrando sus capas poco a poco, a pesar de que la serie es producción del canal Starz.
Ahora que ya tenemos sus 10 episodios en HBO, recomiendo no verlos en modo maratón, creo que se disfrutará más si se consume poco a poco y vamos dejando un tiempo para ir reposando cada capítulo.
PD. Después del pataleo por la fiebre de las series, seguramente me ponga a ver del tirón en Netflix algo como Rick and Morty o Brooklyn 99, qué le vamos a hacer, no siempre se puede ser consecuente.
PD2.En los días en los que escribía esta crítica ocurrió otra triste noticia para el panorama televisivo, el fallecimiento de Steven Bochco, creador de Canción triste de Hill Street, la serie que lo cambió todo en la ficción serializada en TV.