10.000 KM
Texto: Carmen Blanco
¿Cómo de sólidas son las relaciones de pareja a distancia? Mejor dicho, ¿cómo de sólidas son las relaciones de pareja? “10.000 km”, la ópera prima de Carlos Marqués-Marcet, tiene las respuestas a estas preguntas y a muchas más.
El guión, firmado por el propio Carlos Marqués-Marcet y Clara Roquet, joven promesa ganadora del Julio Alejandro, cuenta la historia de Alex y Sergi, una consolidada pareja que comparten piso y tienen planes de futuro, convertirse en padres. Sin embargo, una mañana como cualquier otra, Alex recibe un e-mail: una propuesta de trabajo en Los Ángeles, EEUU. Seguida de la sorprendente noticia, nos sumergimos por completo en su efecto. Al principio, todo va bien, pero a medida que pasan los minutos la tensión aumenta y los protagonistas ponen los pies sobre la tierra y son conscientes de las consecuencias: tienen que estar un año separados, a 10.000 km de distancia.
La primera parte del filme se presenta con un espectacular plano secuencia que nos obliga a sumirnos en la pareja protagonista. En su rutina. En su relación. En sus sueños e ilusiones. Somos conscientes de la química que existe entre ellos, de lo fieles que son a sus sentimientos y a su amor, que atisbamos como épico. Todo son caricias y contacto entre ellos. Y entonces llega la separación y el posterior uso de la tecnología para seguir igual de conectados que antes, o al menos, intentarlo.
El director juega en todo momento a crear un relato donde la información nos llega a través de los distintos portales tecnológicos que existen hoy día. La información sobre el personaje es recibida por el espectador de la misma manera que la recibe el otro protagonista.
La tecnología y su estrepitoso avance es uno de los principales temas de la película. Con permiso del tema fundamental, el deterioro de las relaciones de pareja provocado por el paso del tiempo. Carlos Marqués-Marcet recapacita sobre el lado positivo y negativo de la tecnología, de internet. Esta película desbarata la ilusoria que es el pensar que realmente todos estamos conectados, que podemos realmente conocer y sentir a otra persona a millones de kilómetros de distancia. Es mentira. La tecnología, por suerte o por desgracia, no nos puede hacer sentir, emocionarnos, oler, tocar…
Otro punto destacable es la constante comparación que hace de la realidad con la realidad virtual. Hoy día, esa línea que les separa, está muy difuminada. Parecen idénticas. Sin embargo, son muy diferentes. Y esta diferencia radica, principalmente, en que la realidad virtual, como se plasma en el filme, alberga mucha soledad y es artificial.
Pero si hay algo sobre lo que reflexiona esta maravillosa película es sobre el amor, sobre las relaciones y sobre lo que el tiempo provoca en ellas. Es fácil comparar cualquier relación con la de Alex y Sergi, aunque no se trate de una relación a distancia propiamente dicha. Hay un momento en toda relación en el que los caminos se separan, en el que las prioridades cambian. En el que el egoísmo del ser humano sale a flote y se antepone el propio yo al bienestar de la pareja. Aunque la otra persona sea esa persona especial que siempre buscabas. Siempre hay un momento en toda relación en el que, en definitiva, no ves proyectado en el otro tu propio yo. Y ese es el principio del fin. Marqués-Marcet critica nuestra sociedad donde prima por encima de todo lo demás el individualismo.
“10.000 km”, a priori, se nos presenta como una historia complicada, con solo dos personajes y un único conflicto. No obstante, Carlos Marqués-Marcet convierte la dificultad en virtud pues traza una dirección tan sólida con un guión magistralmente trazado al que acompaña unas interpretaciones voraces de Natalia Tena y David Verdaguer. Si “Her” de Spike Jonze nos hablaba de un futuro cercano y desesperanzador, “10.000 km” profundiza en problemas actuales, mostrando un relato realista, un trozo de vida, de cotidianeidad. Todo encaja en el engranaje que es la vida misma. Y es que a veces el cine es tan real como la vida.
País:España Género:drama Duración:98 minutos.
Director: Carlos Marqués-Marcet Guión: Carlos Marqués-Marcet, Clara Roquet
Fotografía: Dagmar Weaver-Madsen Reparto: Natalia Tena, David Verdaguer