KASE O EN MADRID
Madrid, 2 de diciembre de 2017. Wizink Center
Justo en el preciso instante en que las manillas del reloj se solaparon apuntando al número 9, se apagaron las luces del Palacio de los deportes, y tras un estallido de luz, Kase O saltó al escenario cual jinete cabalgando a lomos del ritmo de la intro de “El circulo”. Su primera rima, cómo no podía ser de otra manera, fue el ya mítico: “Kase O ha vuelto al ejercicio, la primera frase es para los que están aquí desde el inicio” y el tapiz humano que cubría la pista central del estadio alzó sus brazos en el aire, moviéndolos al compás de las bases de R de Rumba con la sincronización de un campo de espigas mecido por el viento.
Durante más de dos horas de concierto, “El Jabato” recorrió los temas de su último disco, y algunos de los más famosos de su etapa en Violadores del Verso, como “Cantando” o “Ballantines”. En esta empresa, en la que Javier ya partía con el viento a favor, se rodeó de un elenco de artistas que, de una manera u otra tienen relación con su último disco. Así pudimos ver al “maestro beodo” Sho-Hai, y a Xhelazz acompañándole en viejos ciegos, Hermano L en Pavos Reales, a Nawja subiendo la temperatura del Palacio con mitad y mitad, e incluso a Rozalen que en su día popularizó una versión acústica de mazas y catapultas, que ambos interpretaron con una especial conexión sobre el escenario. “Revolución social y musical” Así catalogo la cantante castellano manchega lo que Kase O representa para el panorama musical; “Estas haciendo historia y te lo mereces” concluyó.
En los interludios tuvimos la ocasión de saludar y hacer ruido para el extraterrestre Félix, que vino a visitarnos desde su lejana galaxia y disfrutar de la que es según sus palabras “la puta mejor música del universo”. Además, el señor Ibarra, aprovechó para dirigirse a todos los allí presentes en varias ocasiones. Lanzo proclamas feministas, recordándonos a todos que “ninguna chavala tiene dueño”.
Tuvo tiempo para acordarse de la gente que sufre en conflictos bélicos a lo largo del planeta. Y en su acto final, se dirigió a cada uno de los allí presentes, para recordarnos que todos somos buenos en algo, y que el mundo necesita especialistas, ya sea construyendo naves espaciales, u horneando barras de pan, arengando a los allí presentes a luchar por sus sueños y a respetar al prójimo.
Desde luego hay un especialista en rimas, y ese es él, volvió a demostrarlo la fría noche del dos de diciembre de 2017 en un abarrotado WiZink center de Madrid con el cartel de Sold Out colgado semanas antes del evento, en lo que fue una cátedra de Hip-Hop, una visita a su trono desde el que, haciendo las veces de Zeus, lanzó rayos con forma de versos removiendo pequeñas porciones antes deshabitadas de nuestras conciencias. Esperamos volver a verte pronto maestro.
