SUPERMIRAFIORY

Texto: Miguel Ángel Sánchez

Madrid. 26 de Septiembre de 2013. Sala Moby Dick.

s5Foto eduardo.idelgadoTodo vuelve. Lo antiguo siempre encuentra su sitio tras años de ostracismo, de oscuridad bajo miles de modas apiladas. En pleno siglo XXI, Vespas 125 Primavera, Minis (de los que realmente eran minis), Lambrettas y demás preciosas antiguallas retornan a las carreteras patrias debido a la nostalgia. El 131 Supermirafiori fue uno de esos vehículos que pobló nuestro asfalto: de aspecto sobrio, con amplio maletero y una comodidad sin igual, sorprendía a aquellos que se montaban en él. Había una bestia tras ese aspecto de ‘coche de abuelo’. Si eliminamos la i latina final y la cambiamos por su hermana griega, mucho más cool, reemplazamos las cuatro ruedas de nuestro antiguo Seat por respectivos chicos madrileños. Formales, en apariencia calmados y sencillos. Supermirafiory es un Supermirafiori. Un corderito que cuando quiere aúlla.

Estos cuatro músicos se dieron cita el pasado 26 de septiembre. Debutaban. Nadie, excepto una decena de personas en un pub irlandés, les había escuchado en directo. A los cuatro. Porque Supermirafiory tiene su pasado, su época vintage, y ese pasado era R4dio. Y entre ambas bandas hay dos diferencias: la primera, el guitarra principal. La segunda, su afán por ‘rockerizarse’. Y esto último se pudo ver en la Moby Dick.

A lo largo del recital, los asistentes se movieron entre dos mares. Había un mar en calma, donde R4dio faenaba con anzuelos de pop-rock, sonido british, persiguiendo el sonido de aquellas bandas que monopolizaron la música de las islas allá por los 90. Por otro lado, el océano picado, tormentoso e imprevisible que abraza el rock, donde Supermirafiory embarca a su público a lomos de guitarras más duras. Y la sensación que queda es que la banda mira al futuro sin soltar el pasado: fluye entre aguas muy diferentes y… funciona.

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Supermirafiory subió al escenario de la mano de la gran Nancy Sinatra, quien recitaba su hiperfamosísimo “Bang bang” (para los despistados, escuchad la banda sonora de Kill Bill). Nancy fue el único momento de calma en todo el concierto. La voz personal y atractiva del cantante (¡Ay si se le entendiera perfectamente!) comenzó con “Astronauta”, de nueva factura, un tema que nos presenta la nueva cara de la banda, muy guitarrero, persiguiendo un sonido oscuro. Seguirían con un riff franzferdiniano, el cual aterrizó en la sala para introducir “Como Yo”, un tema antiguo, característico de ese pop-rock de R4dio, tan cercano a bandas como Supersubmarina.

Tras esta toma de contacto entre el grupo y la sala, llegó el primer plato fuerte: “Fama”. “Fama” es la típica canción efectista, con un estribillo pegadizo, sencilla pero bien trabajada y con un arpegio hipnótico. Supermirafiory se gustaba. Siguieron con “No te importa”, otra canción popera ya presente en su antigua etapa.

s1Foto eduardo.idelgadoEn “Días como Hoy” y “Euphoria” la banda tiene el afán de acariciar ese rock alternativo tan presente en grupos como Placebo. “Euphoria” comenzó lenta pero acechante; de un calmado y melódico preludio hacía un final desatado. La banda se desmelenó y subió su intensidad en esta parte del recital. Y esa energía la aprovecharon para tocar “100 Golpes”, otra canción de pop rock de estribillo pegadizo. Para un servidor, todo un acierto y de las mejores canciones de la banda: me costó deshacerme de ese estribillo (“despierta, despierta”) unas cuantas horas.

Tras una primera parte de concierto con canciones exclusivamente propias, era el turno de las versiones. Los grupos nuevos deben atreverse con canciones de otras bandas por dos razones: el auditorio agradece escuchar canciones reconocibles y el crítico agradece saber cuáles son los referentes de la banda. Sin embargo, la selección de temas por parte de Supermirafiory no fue del todo acertada. Y lo digo porque pocos reconocieron “Truth” de Bloc Party: la banda hizo uso de un sintetizador exclusivamente para ese tema (¿si no lo usan en sus canciones propias para qué hacerlo en una versión?) y los arreglos de la banda hicieron el tema irreconocible. Tal vez, eso no sea tan malo, pero si el objetivo es que el público cante o tararee no es lo más deseable. Y siendo un poco quisquilloso, ¿por qué no hicieron versiones en castellano cuando es la lengua que utilizan en su material propio?

Tras esta primera versión llegó “Daphne”, una canción que aventura una vía diferente, con una percusión más étnica, lo que rompe un poco con los dos estilos reconocibles en R4dio/Supermirafiory. Era el turno de “Eterno Domingo” y “Miedo”, dos canciones inéditas y que aventuran la línea que está siguiendo la banda hacia un progresivo abandono del Brit. “Eterno Domingo” se mostró como un tema enérgico y pegadizo; “Miedo” suena más original y menos superficial, con un mayor dinamismo entre sus diferentes partes y muestra interesantes cambios rítmicos.

También hubo tiempo para el sonido pre Madchester de la mano de dos versiones de The Smiths: “Bigmouth Strikes Again” y “There is a light that never goes out” sonaron de lo lindo. No puedo ser objetivo: ¿Quién soy yo para criticar a alguien que le gusta Morrisey? Seguirían “Sintiéndote”, el cual puede ser considerado el single de esta nueva etapa más guitarrera; “Starlight” de Muse, donde el cantante mostró sus muy buenas aptitudes vocales; y “Gimme Love” de Ed Sheeran puso a la banda más cariñosa de lo debido.

Supermirafiory se sintió arropado por su público, sus amigos y familiares, algo necesario en esos primeros pasos titubeantes de cada banda. Según pude observar habría unas 75 personas en el local, una entrada más que digna para una sala del tamaño de la Moby Dick, y que debe animarlos ante próximas aventuras en este mundo tan difícil de la música española. Supermirafiory necesita un breve paso por el taller para mejorar cosillas y así continuar acelerando hacia un estilo propio y pulido. Si hay hueco para las Vespas en nuestras calles, ¿por qué no habría de haberlo para Supermirafiory en nuestras salas?

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