LOW FESTIVAL 2014. LO MEJOR DEL VERANO.

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FEHR AMARILLO

Benidorm. 25-27 de Julio de 2014. Ciudad Deportiva Gillermo Amor

Y el viernes arrancó una nueva edición del Low Festival en la localidad Alicantina de Benidorm. Con nubes y claros entre los asistentes, y con cambios, en algunos casos a peor y en otros muchos a mejor, el festival, que comenzó hace años como una alternativa de bajo coste a los macrofestivales veraniegos, se despoja del apellido Cost (a pesar de que muchos artistas todavía no lo sepan), para integrarse como la primera opción de las masas alternativas que llenaron el recinto de la ciudad deportiva Guillermo Amor. El Low ha alcanzado la mayoría de edad de manera precoz, y con buena nota.

THE HIVES DESATAN LA LOCURA EN BENIDORM Y VETUSTA MORLA NOS ENSEÑAN SU DULZURA

A gusto se estaba a primera hora de la tarde del viernes, aunque siempre, y lo volveré a repetir hasta la saciedad, se hecha en falta algo más importante a esas primeras horas en las que puedes estar escuchando música tumbado en el tan querido césped del Low, que le diferencia de otros festivales veraniegos. Coincidencia de horarios en las actuaciones hacen que yo, personalmente, os cuente lo que me ha parecido el primer día del festival, haciendo una descripción de lo que hicimos, yendo de un lado a otro intentando ver lo máximo posible hasta que el cuerpo y la mente aguanten. Delaire fue la primera de las bandas que nos encontramos en el escenario Ron Matusalem, rock puro no muy apto para estar tumbado en las verdes praderas, buscando la sombra de un sol que calentaba y mucho en esas horas. Lyann fue el predecesor de lo que se avecinaba en el escenario Budweiser, ganadores del Emerge 2014, demostraron su buen hacer con su pop psicodélico denso en contenido e instrumentación. Y llegó la primera gran cita de la noche: Ivan Ferreiro y su banda mágica, con Falkner en el bajo. Poco a poco se va completando el aforo, para terminar con un más que aceptable aforo en un recital que no pasará a la historia, pero que colma las expectativas de todos los fans, que son muchos, del gallego. En este punto se crea una situación que no logro entender y que entorpece y mucho el trasiego de gente entre una zonas y otras; tienes un estadio con un montón de puertas y sólo abres una para entrar y otra para salir y a la mitad, no lo entiendo, lo siento, se me escapa. Pero creo que la gente lo debería tener mas fácil para poder ir de un lado a otro, y no creo necesario el tener que enseñar la pulsera para pasar al escenario principal, cuando ya has pasado por los tornos de acceso al recinto y no siendo un sitio restringido.

León Benavente en su línea, yo solo pude verlos durante cinco temas, pero los diferentes pajaritos que tenía por el recinto me contaron que fueron de lo mejor del segundo escenario del Low. La verdad es que el supergrupo es lo que es, y encima del escenario se comportan como los mejores músicos del panorama nacional. Y es que, qué culpa tiene León Benavente de coincidir con unos chicos venidos del frío, pues ninguna, pero…..

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The Hives es pura energía, adrenalina en vena de ellos para los espectadores que asistían al que, para mi, fue el mejor concierto de la noche. Un concierto debe ser eso: interacción, espectáculo, sorpresa y nunca una repetición del disco que está en alza en ese momento. The Hives lo saben y se meten al público en el bolsillo desde el minuto uno con un hit detrás de otro y su frontman hablando en castellano, lo que podía, y pululando de un lado a otro del escenario, del foso y de las primeras filas. El campo de fútbol se llena hasta los topes y la mayoría saltando y gritando al compás marcado por los hombres del norte vestidos de blanco. The Hives no son cinco en el escenario sino siete, ya que los dos Ninjas que les acompañan en las tablas son parte muy activa del espectáculo final. Vetusta Morla no pasan de puntillas nunca por ninguno de sus bolos. En esta extensa gira festivalera son un valor muy seguro de lleno total, con la gente entregada a sus letras y una puesta en escena muy bonita y cuidada, como ya dijimos en sus conciertos de La Riviera. De allí a ver a los jovencísimos Belako en el pequeño escenario Wiko, que con un sonido muy pobre todo el día, influyó en el desamparo de sonido de los de Bilbao. Son una fantástica banda que no se merecen ese sonido ramplón de un escenario que seguro que mejorará, o eso esperamos. Sidonie dejaron de lado su Sierra y Canadá para darle al público lo que quería, sus éxitos de siempre para saltar, bailar y cantar, metiéndose al público en el bolsillo desde el primer acorde. Con We Are Standard terminamos el día. Entre insultos “cariñosos” de Deu, al público le costó un poco empezar a moverse, pero es que no lo puedes remediar, si no te mueves con ellos, no tienes sangre, y mucho menos gusto musical.

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MASSIVE ATTACK ALTERA EL LOW

El segundo dia comenzó con todo ya sabido, uno en el recinto se sitúa muy fácilmente y aunque algo enrevesado, por el tema de las salidas y las entradas, es cómodo y grande. Con capacidad más que de sobra para absorber lowers, aunque hasta aquí, ninguno más. Sold Out para el Sábado. Espectativas brutales para el día fuerte, según dicen, que se fueron diluyendo poco a poco en una jornada con polémica por algunas decisiones que muchos no entendieron, yo el primero. Nunca, nunca debes bajar los brazos ante las exigencias de determinados grupos y menos en detrimento de otros, faltando al respeto a multitud de artistas que vienen a lo mismo, tocar su música. Intentando llegar a ver a Carlos Sadness a primera hora de la tarde sólo pudimos llegar a ver el último tema, en parte por la inoperancia de algún mandado, que gobernaba la puerta, estando retenido casi 15 minutos, viendo al lado a operarios de brazos cruzados. Los cacheos de los asistentes deben ser independientes de los tornos para que así ninguno de los que te tienen que ocultar esté sin hacer nada, ya que es en donde se producen las retenciones y no en la entrada que con los tornos y pulseras van muy rápido.

Xoel López era nuestro próximo objetivo y el gallego con un recital sobrio lleno de dulzura, consiguió mover a la gente congregada, sobre todo cuando sonaban los acordes de algún temilla de Deluxe desbordando lo que para mi es la mejor época de ésta músico con mayúsculas.

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De allí al Wiko para, con un sonido mucho más conseguido (gracias producción) escuchar la propuesta del productor Raül Fernández. Refree tiene un sonido contundente, espeso y bueno, muy bueno. Y, encima, sonaron bien en el pequeño escenario de la pista. Después de un breve vistazo a The Horrors, cuya opinión me reservo en el Low, (aunque ya dije lo que pensaba en su bolo de Contempopranea de Badajoz), congregaron a un público que poco a poco iba desapareciendo para la próxima cita ineludible. El segundo escenario se llenaba para recibir a Corizonas en uno de los mejores 40 minutos del día en el Low. Y, sí señores, fueron cuarenta minutos porque se produjo una de las mayores injusticias que yo he visto en un festival, y llevo unos cuantos. Ante la indignación tanto de músicos como, sobre todo, del público asistente, a los Corizonas les cortaron el sonido por imposición de Massive Attack que necesitaba que el silencio se apoderara del recinto para su concierto. Corizonas estaban gustando tanto que la gente estaba dispuesta a perdonar parte del concierto de los de Bristol por ver terminar el bolazo que estaban dando la mezcla de Coronas y Arizona Baby. Este tipo de cosas ensombrece, y mucho, todo lo bueno que una organización, compleja como esta, realiza, y pone de manifiesto una inoperancia brutal de la producción del Low. No me puedo creer que en las condiciones del contrato de Massive Attack no estuviera especificado esto, se me escapa. Pero aún suponiendo que fuera una petición de última hora no especificada, no puedes obedecer al capricho de una banda, sea cual sea, ultrajando las ganas de una multitud que quería tanto ver el concierto completo de los Corizonas como el de Second también acortado 15 minutos por estas imposiciones. La organización ha sido espectacular cumpliendo los horarios con absoluta disciplina, necesaria en estos eventos, y esto ensombrece un poco toda esa labor de muchos meses. Y es que Massive Attack no necesita de estas triquiñuelas para tener un lleno absoluto en su concierto, que fue sublime, extraordinario, lo mejor, para muchos, de todas las ediciones del Low, pero lo hubiera sido sin estas rabietas de niño consentido, que al final dejan muy mal sabor de boca a mucha gente. Los británicos desplegaron en su concierto toda una declaración de principios políticos con mensajes en las pantallas, combinando ese trip-hop suyo con críticas a su gobierno y a la sociedad actual. Y cuando ya se pudo reanudar la actividad del Low subieron al escenario los murcianos Second, que con su público entregado realizaron lo que mejor saben hacer, que el público baile al compás de sus éxitos. No soy un fanático de la voz de Sean Frutos, pero he de rendirme a su conjunto. 

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Sin que acabase Second su concierto, nos dirigimos a ver a Editors al Budweiser. El segundo plato fuerte del día comenzó con aparentes dificultades en el sonido para, a partir de los primeros temas, ir subiendo en calidad hasta completar un recital fantástico en forma y, sobre todo, en fondo, desgranando su último trabajo con los éxitos de siempre que hicieron saltar con locura a todo el respetable. Y después de un gran concierto, una sorpresa, que no es tanta: Money for Rope son insultantemente jóvenes, irreverentes y con unas ganas de comerse el mundo brutales. Doble batería para un sonido contundente en un conciertazo en el pequeño escenario Wiko, que cada minuto que pasaba sonaba mejor. La danesa Karen Marie M con su electro-pop suave e íntimo nos cautivó a todos en el segundo escenario, que se le hizo pequeño, ya que no paró de moverse en ningún momento. El escenario Budweiser se vació, qué pena, porque We Have Band se merece más gente en sus conciertos bailables. Y para terminar el día El Columpio Asesino desplegó su nuevo proyecto, con un sonido potente, sus nuevos temas dejaron al público frío aunque completaron una intensa hora para terminar pasadas las cuatro de la madrugada. 

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low mutantes pop rock indie festivalesESPAÑA GOLEA AL RESTO EN EL ÚLTIMO DÍA DEL LOW

Y es que hay veces que no se puede y no se puede. La intención era la de asistir a Pony Bravo, pero la imposibilidad de llegar antes al recinto nos lo impidió. Un deber para otra ocasión. Y fueron Maronda los que inauguraron la jornada, para nosotros, en el escenario Wiko. Tumbados en los pufs del lateral con una Bud en la mano, el pop intimista de los valencianos, sencillo y lleno de frescura suena todavía mejor. Los galeses de Los Campesinos! fueron el siguiente alto en el camino con su indie bailable y colorista. Más gente es lo que se merecen pero ya las fuerzas flaquean después de tres día intensos y eso se nota en los primeros conciertos de la última jornada. Cheatahs tiene una apuesta decidida por el post-punk, para mi muy noventero, que gustó y mucho en el escenario Ron Matusalem a los pocos asistentes en esas horas donde el sol todavía se veía, aunque ya debilitado. The Free Fall Band acudió desde el Maresme con su pop atemporal lleno de melodías de ensueño en otra demostración de que no solo de escenarios grandes vive el Low. Y desde el Wiko al más grande de los escenarios para ver a Izal que siguen demostrando que hoy por hoy mueven a mucha masa social, sobre todo femenina, en conciertos llenos de energía y buen rollo en grandes cantidades. Y de unos medio noveles musicales a los veteranos Niños Mutantes que desde Granada demuestran que tienen mucho más Futuro dentro de éste negocio, siempre y cuando sigan fabricando discos tan redondos como su último trabajo y lo expongan de esa manera en un directo emocionante, cautivador y con mucho oficio. Un sonido pobre en el comienzo de Kaiser Chefs desluce un poco el arranque arrollador de su frontman Ricky Wilson. El sonido fue mejorando y los Kaiser fueron enseñándonos su último trabajo mezclando sus hits a un público entregado que llenaba el campo de fútbol. Y de allí a otro clásico de la escena indie española,  La Habitación Roja. Jugaban en casa los valencianos y demostraron que estos festivales les vienen que ni pintados. Soberbios, a pesar de la paliza viajera del día ya que tocaron en el Contempopranea a 800 kilómetros de Benidorm. Y el plato fuerte nacional llegaba con Love of Lesbian en el Budweiser, lleno hasta la bandera, y con ganas de baile, marcha y buena música. Y en esto son unos expertos. Con todos los juguetes, disfraces y las pantallas escupiendo divertidas imágenes, Love of Lesbian pasaron por temas de ayer, de hoy, y de mañana para hacer que la gente terminara con una sonrisa de oreja a oreja. Qué divertidos y reivindicativos son, sobre todo retratando temas de nuestra política actual. Y para terminar el día dos lujos encima del escenario como fueron los Palma Violets en el segundo escenario y The Royal Concept desde Suecia, pop enérgico que terminó por declarar al Low como uno de los mejores festivales del año y sin duda una opción segura dentro del panorama nacional.

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